—¿Estás diciendo que estudiaste diseño sin que tu padre lo supiera? —miré con curiosidad a mi amigo.
Yo masticaba con paciencia el chicle de frutilla y él comía un helado. Ambos sentados en el parque que estaba más vacío que mi alma.
—Estudié ambas carreras —corrigió —. Y un no termino ninguna.
Al observar mi cara reprochándole con una mirada de "¿Por qué no me lo dijiste?" Se puso tenso y agregó:
—Tenía miedo de involucrarte en esto. Si mi padre se enteraba y sabía que conocías de esta situación, también te diría algo. No era apropiado involucrarte en este tipo de cosas.
—En resumen, no me dijiste por qué soy un chismoso y podía soltar la lengua.
—No es eso.
—Tranquilo.
Mi concepto de amistad era muy diferente al concepto de muchas personas y parecido al de algunas. Consideraba que era bueno y necesario guardar ciertas cosas para uno mismo. No todo, claro: si alguien guarda todo, puedo terminar sin espacio y asfixiándose sin darse cuenta, pero si alguien no guarda nada, puede verse demasiado vulnerable para el mundo entero.
—No te estoy reprochando eso —continué —. ¿Pero irte a España sin decirme? ¿Por qué lo harías?
—Iba a decírtelo hoy.
—Ah, sí, claro. Al tonto Royce se lo decimos de último —bajé la mano para pegar el chicle en la banca.
—Tampoco es eso —agachó su cabeza, agotado —. No quiero irme a España, Jeffry.
—¿Por qué no le dices eso a tu padre?
—¿Y perderlo?
—¿Prefieres perderte? —esa pregunta lo descolocó mucho más —. Hacer lo que otros quieren es como tener una espada sobre tu cabeza, no podrás moverte porque en cualquier momento caerá y te lastimará. No dejes que nadie coloque una espada sobre tu cabeza.
Una punzada en mi pecho se hizo notar al instante de decir esas palabras.
—Es complicado, Jeffry —buscó mis hombros y yo me acerqué a él.
—Quédate conmigo. En casa de mis abuelos. Ven conmigo, no vayas a España.
Mi cabeza estaba en confusión total, por una parte, lo principal eran los sentimientos de mi amigo, darle una solución y estar con él para que no sufriera. Por otro lado, no quería sonar egoísta pidiéndole que se enfrentara a su padre a los estándares que este tenía sobre su vida, solo porque deseaba tenerlo cerca.
—¿Soy un estúpido?
Iba a negar con la cabeza, pero acerqué la mía más a la suya.
—Siempre he dicho que soy honesto. La honestidad es mi principal característica, pero le mentí a mi padre, seguí estudiando diseño a sus espaldas. Ahora no quiero irme y tampoco puedo ser del todo sincero.
—Eso no te hace un estúpido —hablé sin pensar dos veces —. Un cobarde, tal vez, por no decir lo que sientes cuando lo sientes, pero no un estúpido.
—¿Vendrás a visitarme?
—Siempre que me pagues el boleto.
—Pensé que eras mi amigo —fingió estar lastimado por mi comentario.
—Y lo soy, pero no mezclo mis ahorros con mi amor por ti.
—Te pagaré el vuelo —me abrazó —. Todos los vuelos posibles.
...
Esa misma noche investigué sobre los vuelos desde Miami a España. Mi amigo aún no se había ido y ya lo extrañaba. Cerca de ocho horas duraba el vuelo y podía permitirme visitarlo con mis propios ahorros.
Y me sentí mal cuando un recuerdo llegó a mi mente. Esa vez que te pedí no volver a irte del país. ¿Y si te ibas del país las cosas se solucionarían? ¿Ese video no te arrumaría la vida? ¿Verdad? Yo fui quien pidió que te quedaras, y si bien nunca supe por qué te quedabas, algo me dijo que lo hacías por mí y volví a sentirme culpable.
ESTÁS LEYENDO
La Historia De Royce (✔️)
Historia Corta"Hago cosas extrañas cuando estoy solo. Como pegar chicles en las sillas para que alguien más se siente y tenga una pequeña sorpresa". "Me gustan los chicles de frutillas que mi hermano me da" "Lo único interesante de las reuniones de mis padres, e...