'Adiós, odiosa universidad'

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—No puedes hacer eso, chico. Básicamente, estás arruinando tu futuro académico.

El coordinador de la universidad seguía expresando su punto con respecto a mi decisión, cuando nunca se lo había pedido, fui a comentarle mi situación no a solicitarle un consejo o su punto de vista.

—Puedes tomarte este semestre para pensar todo.

—Me estoy dando de baja de la carrera —repetí —. No estoy tomando una semana, un mes o un semestre, estoy dándome de baja de la carrera. Ya no seguiré viniendo a la universidad.

—Royce, tu familia puede tener mucho dinero y ser dueña de muchas corporaciones, pero se trata de tu futuro académico. No podrás manejar todos esos negocios sin una formación académica previa. Eres un buen alumno, no tomes decisiones apresuradas.

Me amarré el cabello, ignorando lo que continúo diciendo.

—Algunas personas se van sin decir mucho, soy amable con usted y vengo a comunicar mi situación. No continuaré con la carrera y no estoy pidiendo favores o palabras de ánimos. Ya no me gusta estar en esta situación, no pretendo seguir arruinando mi vida en algo que no me apasiona por completo.

—¡Si sigues así, nada te apasionará por completo! ¿No conoces tus privilegios? Eres hijo de una de las familias con mayor poder económico del estado, ¿es por eso que juegas a experimentar y si no te gusta lo abandonas?

Por primera vez, durante toda la conversación, no supe qué decir a esa conclusión.

—Ellos no son como tú —señaló con discreción un grupo de estudiantes que iba pasando —. Puedes pagar tus gastos universitarios y salir solvente hasta fin de mes. La mayoría de ellos sacrifica otras necesidades para culminar con éxito su carrera universitaria. Abandonan sus países para buscarse un mejor futuro, pero tú que lo tienes en tus manos, solo juegas al niño inseguro.

Si pretendía hacerme sentir culpable por mi decisión, no lo estaba logrando.

—No me conoce —susurré —. No me conoce y no dejaré que lo haga. ¿Qué si soy un niñito privilegiado? Sí, lo soy. ¿Qué si mi familia tiene mucho poder económico? Sí, lo tienen. Reconozco cada uno de mis privilegios. No me estoy victimizando y diciendo que me esforcé igual que los demás.

El hombre no apartó la mirada de mi expresión.

—No me involucre con la situación de los demás. No sé qué pretende hacer con sus comentarios, pero ya he tomado una decisión y no pienso retractarme.

—¡Tu futuro académico! —gritó, como si le importara.

—¿Le importan las comisiones que vienen bajo el nombre de "Jeffry Royce Rojas"? No se preocupe por esas, su universidad seguirá obteniendo esas comisiones, pero deje de creer que, usted sabe mucho más de mis decisiones que yo.

—Estás malinterpretando todo, Royce —ahora su tono era suave.

—No lo hago.

—Si eso quieres para tu vida, adelante.

Y salí sin decir nada.

—¿Entonces te irás? —al mirar sus ojos llorosos, supe que había estado escuchando la conversación —. ¿Puedo hacer algo para que esto sea menos difícil para ti?

No había nadie por los pasillos, me acerqué para acariciar sus mejillas y sobar sus pómulos con mis dedos.

—¿Quererme estos meses no te parece mucho? Además de cuidarme como lo hiciste, me diste el mejor sexo de toda mi existencia. ¿Eso no es suficiente para que dejes de torturarte?

Mi chico sonrío.

—¿Con cuántas personas te acostaste? —él intentaba animar el ambiente entre ambos.

—¿Por qué lo preguntas?

—Porque no creo que tengas muchas experiencias sexuales con la cual comparar las nuestras.

—Quiero ser romántico y me cuestionas de esa manera —quité mis manos de su cara para tapar mi boca —. Listo, nuestra relación acaba de terminar.

—Terminamos hace una semana, ¿no lo recuerdas? —fue ahí en donde abrió sus ojos y una sola lágrima salió de cada uno —. El que dejes la universidad no significa que debas dejarme a mí. Más si me quieres y yo te quiero.

—Dejaré de vivir en casa de mis abuelos, me mudaré a un lugar más limitado y viviré sin objetivos particulares. Mi estilo de vida no se adecua al tuyo, será doloroso para ambos.

—Royce...

—¿Estamos bien?

—Royce...

—¿Estamos bien?

—Quiero que estés bien.

—Y yo quiero que estemos bien.

Me sujetó con sus manos y me pegó a su pecho, como si su vida dependiera de ese abrazo que estaba dándome. No cuestionó el hecho de que fuera abandonar mi carrera universitaria, tampoco que me fuera de casa de mis abuelos. Y, aun cuando le dolía nuestra separación, el chico solo se despidió con otra sonrisa, asegurando que iría a visitarme con frecuencia.

...

Las pocas personas de mi círculo social (en ese entonces) cuestionaron mi "tonta decisión" de abandonar la universidad. Era un chico privilegiado, con una familia multimillonaria. Ellos podían comprar la universidad si quisieran, y yo decidía abandonar mi vida de estudiante.

¿Por qué ellos no se esforzaron un poco por comprender mi situación? 

No podía adaptarme al sistema educativo en el cual estaba envuelto. Yo nunca tuve que esforzarme por entender los sentimientos y objetivos de aquellos estudiantes que su significado de éxito en la vida eran sus calificaciones; quienes daban su vida por todo el proceso que implicaba obtener un título universitario.

 Entonces, ¿Por qué parecía que ellos me miraban como un inadaptado que solo quería llamar la atención?

Solo era un chico de dieciocho que se sentía abatido por todo el caos en su vida. De haber estado aquí. ¿Tú y la abuela también cuestionarían mi decisión? 

La Historia De Royce (✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora