— '¡Uff! ¡Al fin! ¡Algo de paz y tranquilidad! – esos son mis pensamientos de esta mañana.
Por supuesto, sigo postrada en la cama. Con la diferencia que los Duques y Rodrigo tuvieron asuntos de suma importancia, y me dejaron sola. Me dirán exagerada, pero no creo que nadie disfrute dormir mientras tres pares de ojos te miran de forma intensa. Ni siquiera estoy segura si ellos durmieron.
Al menos ya se fueron, en especial la Duquesa. Al menos por un largo tiempo, no quiero volver a quedarme sola con esa mujer. Tal vez como por un año. Pero seguiré con la práctica de esgrima, con algún profesor que no sea ella. ¡Uff! Sólo pensarlo me duele todo el cuerpo. Aunque, hay algo que me preocupa, más que la sed de sangre de la Duquesa. ¿La persona que disfrutó ser bañada con su propia sangre, era yo? No lo entiendo. Fue extraño, ¿tendrá que ver con Romina? Me refiero a la verdadera. Es posible. ¿O acaso...?
— Señorita, ¿está despierta? – alguien toca la puerta.
— Adelante. – quién entra es una doncella. Dina, creo que se llamaba.
— Señorita, su escolta ya partió a la Academia, pero antes, me pidió que le entregara esta carta.
— ¿Una carta? – ella me la entrega en una especie de plato. ¿Por qué el plato? No importa. – Gracias. – la tomo y comienzo a leer :
Para mí Señorita :
Descanse bien.
No se preocupe, yo me encargaré de todo.
Saldré victorioso. Confíe en mi.Gastón.
¿Qué quiere decir con esto? ¿De qué se hará cargo? ¿De dónde saldrá victorioso? ¿Qué está pasando? Estoy preocupada.
— ¡Señorita! ¡Se ha vuelto pálida! ¡Llamaré al doctor!
— Estoy bien. Sólo... Voy a dormir un poco. – si es que puedo. Esperaba tener un día tranquilo, pero ahora el mensaje de Gastón está atormentando mi cerebro. ¿Qué está planeando?
§§§
Otto hizo todo lo posible para no dormirse en clase. Después de ese extraño escalofrío, no pudo conciliar el sueño. ¡Él sólo desea una noche en la que pueda dormir en paz! ¿Era tan difícil de obtener? Y aún se sentía en peligro. ¿Sus hermanos enviaron a alguien a la Academia? No, no se atreverían a causar escándalo en un lugar tan prestigioso. Hablando de ellos, ¿de verdad aún lo veían como una amenaza? ¡Ni siquiera se podía considerar una! Ya perdió todo el poder político firmando un papel. No le quedaba nada. Él estaba fuera del juego. Él no era nadie. — 'En lugar de arrastrarme a su juego de vida o muerte, presten atención a sus verdaderas amenazas. O mejor, renuncien todos, y dejen que coronen a Vladik de una buena vez.' – mientras pensaba en éso, nota como los alumnos y algunos profesores murmuran a sus espaldas.
— "¿Cómo es que aún puede vivir con tanta vergüenza?"
— "Yo ya me hubiera suicidado."
— "Da tanta pena."
— "Camina con tanto orgullo, es asqueroso."
— "Escoria."
— "Si desaparece, nadie lo va a extrañar."
Lo mismo de siempre, nada fuera de lo normal. Los mismos insultos de todos los días. ¿Y cuál es el problema que camine así? Es decir, seguía siendo un príncipe, sin nada de respeto hacia su persona, claro, pero el título ahí estaba; y como cualquier príncipe, tuvo que lidiar con toda clase de tutores: de lenguaje, esgrima, matemáticas, estrategias militares, finanzas, historia, danza, etc; y entre todo eso, estaba la etiqueta. Ya para este punto del partido, estaba condenado a caminar derecho quiera o no. ¿Debería decir éso?... Pensándolo mejor, mala idea. A ellos les daba igual si caminaba derecho o no, sólo quieren buscar algo para hablar tras sus espaldas. Sonríe derrotado; no hay nada que pueda hacer.
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Típica Reencarnación a una Villana
FantasyDespués de morir. Sara despertó como un personaje de una novela; Romina Ingrid, una malvada mujer obsesionada con su prometido: el príncipe Otto, y acoso a la joven Brisa, por lo que tuvo un trágico final. Para evitar su trágico destino, ha decidido...