Después de despertarme, de inmediato me alisté y salí de ahí. Claro, no sola, Gastón vino conmigo. Normalmente el cabalga afuera del carruaje, pero por las prisas, terminó viajando conmigo.
— Lamento haberte despertado tan temprano.
— Por usted, yo no pegaría el ojo ni por un segundo.
Río algo nerviosa entre dientes. Ese comentario me hizo recordar la cena de ayer. Me pregunto si él no hubiera estado ausente, ¿también se hubiera arrodillado ante mi, y puesto la expresión de un drogadicto? ¡Uff! ¡Me alegra que no haya sido así! Porque de otra forma, no lo dejaría acercarse a mi. Supongo que sueno como una idiota exagerada, debo recordar que en parte lo hace por su deber. Por el momento, disfrutemos del silencio.
— Mi señorita.
Miro con sorpresa a mi escolta, el cual no es alguien muy conversador qué digamos —. ¿Sí? – él me mira dudoso, como si se hubiera arrepentido y ya no quisiera hablar —¿Está todo bien? —, cierra sus ojos y cambia un poco su postura; probablemente preparándose para lo que viene. Incluso yo me estoy preocupando. ¿Qué clase de palabras van a salir de su boca? ¡Por favor! ¡Que no sea nada malo!
— Lamento mi rudeza, pero... ¿Usted sabe si... El Cuarto Príncipe, tiene alguna habilidad en especial?
...
¿Eso es todo?
— ¿A qué te refieres? – decido preguntar, no estoy muy segura qué clase de respuesta quiere.
— Es decir ... ¿Ese tipo sabe pelear o el arte de la espada?
— ¿Arte con la espada? – justo cuando estoy a punto de decir que no, vuelvo a recordar que de niños Romina y Otto practicaban juntos, se notaba que se divertían, ¿por qué habrán dejado de hacerlo?... ¿Eh?...
Dos niños, vestidos con el uniforme que se les da a los de primer año en la academia, están en un jardín apartado casi escondidos. Al ser prometidos, cualquiera pensaría que estaban en una escapada romántica; sin embargo, al acercarse, de inmediato notará el ambiente tenso, la mirada fría de la niña y el cuerpo tembloroso del niño.
— ¿Cómo?
— Dije que quiero, no, te ordeno qué renuncies a las clases de esgrima.
El niño traga seco, baja la cabeza. La niña sonríe dando la conversación por terminada y cuando se da la media vuelta escucha algo inesperado.
— No.
Ella de inmediato lo mira de forma incrédula, ¿acaso se atrevió a responderle? —. ¿No?
Los temblores del niño aumentaron, pero ya que lo dijo, no había vuelta atrás —. No quiero dejar las clases de esgrima. Me divierto ahí, puedo mejorar mis habilidades en la espada... Lo cual es bueno para mi. Usted sabe que estoy en una situación donde necesito defenderme...
— ¿Es sólo por eso? ¿Habilidades?
—... Ajá – el niño asiente rápidamente con la cabeza.
— ¿No es por algo más? – la niña da un par de pasos al frente —. ¿Estás seguro?
De inmediato vuelve a asentir. No quiere demostrar ni una pizca de duda. Sin embargo, no tarda en sentir un fuerte ardor en su mejilla.
—¡Mentiras! – grita desconsoladamente la niña, mientras comienza a lanzarle golpes —. ¡Puras mentiras! ¡¡QUIERES SEGUIR AHÍ PARA HACER AMIGOS!! ¡¡No lo permitiré!! ¡¡Jamás!!
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Típica Reencarnación a una Villana
FantasyDespués de morir. Sara despertó como un personaje de una novela; Romina Ingrid, una malvada mujer obsesionada con su prometido: el príncipe Otto, y acoso a la joven Brisa, por lo que tuvo un trágico final. Para evitar su trágico destino, ha decidido...