4. La pelea.

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Cuando Aegon abrió los ojos, vio un ángel. O eso creyó él pues estaba tan borracho que su propia imaginación le traía por el camino del ridículo.

Jace le estaba ayudando a salir del arbusto, con cuidado moviéndolo. Sus intenciones eran meterlo al coche y llevarlo a casa después de recoger a Lucerys, pero el plan ajeno pareciera diferente.

— ¡Noooo me quiero ir! Tengo que esperar a… a… A mi hermanito… tú no—manos alrededor del cuello ajeno, evitaba mirar sus ojos, de hecho no sabía quién coño era— Aunque podemos follar si quieres.

Para Jacaerys aquello fue entre repugnante y preocupante. Se agachó lo justo para coger de brazos a aquel pequeño y asqueroso hombrecillo y caminar al cuarto, mientras esté gritaba y montaba un espectáculo.

— Eh tu, ¿qué coño le haces? —Ramsay Bolton, suficientemente borracho como para andar de matón lo frenó.— ¿A dónde te lo llevas? ¿No ves que no quiere?

Conocedor de que se trataba del hermano de su amigo, se aproximó al Velaryon y le tiró del hombro con fuerza.

— Es mi puto primo y está que se cae. Estaba en un arbusto. Me lo llevo a casa. ¿Tienes algo que decir al respecto? — La mirada amenazante de Jacaerys no era ninguna broma.— ¿O llamo a la policía ahora mismo?

Ramsay dio varios pasos hacia atrás alzando los brazos, pero enseguida salió corriendo para decirle a Aemond lo que estaba ocurriendo.

— Mi hermano te va a pegar…—se echó a reír divertido, su mano sobre la mejilla de su sobrino delineando esta con cuidado— Eres un jodido niño.

Jace hacia todo su esfuerzo por ignorarlo y meterlo en el asiento de atrás, donde lo dejó tumbarse. Aún así, salió del vehículo para ser visible para su hermano, el cual tendría que estar al llegar.


Cuando Lucerys bajó del coche vio el espectáculo montado. Aemond pegándole una paliza a su hermano mientras esté era sujetado por Ramsay y Joffrey.

— ¡Jace!

Su instinto fue primero, el de abalanzarse contra Aemond y saltarle a la espalda. Su propio cuerpo hacia atrás, cayó al suelo viendo al del parche tirarse sobre él e intentar golpearlo. Lucerys le pegó una patada en la cara, pero el puñetazo de Aemond se lo llevó en el ojo.

Un corral de gente se estaba aproximando, entre otros Arya que saltó a por Joffrey. Oh, las ganas que le tenía… lo usaría de puto muñeco para practicar su judo.

Le cogió del pelo y le estampó un golpe en la tripa, Joffrey casi vomita de lo borracho que estaba.

Jacaerys confuso, se pudo incorporar para saltar encima de Ramsay y empezar a pegarle hostia tras hostia en las mejillas, en la mandíbula… toda su fuerza bruta, ni siquiera estaba pensando.

Varios vídeos estaban grabando los presentes, entre otros Aegon, quién estaba en llamada con Helaena y había puesto la cámara por petición de su hermana.

— Dios la testosterona de estos hijos de puta…ya me jodería —habló la mujer, quién más que tener intenciones de frenar esto estaba viendo todo cual espectadora.

Lucerys tenía a Aemond encima, mirándole con una rabia que el pequeño no se podía explicar. Recordó las palabras de su madre "aprovéchate de tu ventaja" así que mientras recibía un golpe en su mejilla, escupió en el único ojo ajeno y aprovechó para escabullirse y alzarse. Su anatomía entera temblaba, estaba cansado pero le dio una patada en las costillas con toda la fuerza que tuvo, luego vio a Aemond escupir sangre. Vale, quizás se había pasado.

Lo dejó ahí en el suelo, yendo a ayudar a su hermano pues Arya ya había noqueado a Ramsay desde hace mucho.

En ese mismo momento bajaron del coche los Stark, Eddard y su hijo mayor Robb.

— La fiesta ha terminado. ¡Todos a vuestra casa! ¡Ya! —el hombre imponente, fue echando a todos mientras Rob cogía el móvil de Joffrey y llamaba a sus padres para avisarles de lo ocurrido, misma cosa que hizo con Rhaenyra tras ser facilitado su número por Lucerys.

El resto de la velada fue un cúmulo de emociones. Sus dos hijos y dos hermanos en el hospital, uno para su borrachera, el otro por nariz rota. En cambio Aemond tenía una ruptura en tres de sus costillas derechas. Lo que le ocurrirá a Lucerys era que le dolía el abdomen de los puñetazos. Iba a ser una noche larga para los Targaryen.

En camillas contiguas se hallaban, el primero en despertar fue Lucerys, luego Aemond a quien vio de reojo, cosa que el contrario no podía hacer pues se hallaba en el lado de su ojo sacado.

— ¿Qué necesidad tenías de pegarle?—le cuestionó Lucerys, aunque el solo hablar dolía.

Aemond giró su cabeza y lo miró con fijeza. Puede que la respuesta a esa pregunta fuera puro egoísmo, pues se quería vengar de Lucerys y había atacado a Jacaerys por mero efecto dominó.

Se negaba a hablar con él, fingiendo dormirse a los pocos segundos.

— Mi hermano solo quería ayudar al tuyo. Joder, ¿Tanta droga te ha podrido la cabeza?

La mirada que le echó Aemond cuando dijo eso le heló la sangre a Lucerys, quién se achantó y miró hacia abajo.

Menos mal que Rhaenyra apareció, pues la conversación giró hacia otra cosa completamente diferente.

Regaños, amenazas y decepción. Para Aemond, no tenía sentido que esta mujer le regañase, no estuvo en su vida, no veía qué derecho tenía para ello. Aún así se calló, era mejor que se pensase que le escuchaba y se arrepentía.

Lucerys sí que estuvo afectado, avergonzado sobre todo. Amaba a su mamá y que estuviera enfadada le hizo sentir mal.

Día nuevo, aventura nueva.

Helaena estaba en la sala de espera junto con Rhaenyra, ambas hablando de lo ocurrido. Helaena le pidió por favor que no fuese demasiado brusca, pues había estado muchos años ausente como para venir ahora e ir de su tutora. Eran palabras que le dedicó con amabilidad, aunque su porción de sinceridad cruda también.

— Quizás por eso Aemond reaccionó así. No lo culpo, sin embargo entiendo de dónde vienen sus acciones. Mi hermano suele ser muy tranquilo, pero creo que pagó toda su ira con mi sobrino.

Tras aquella charla, volvieron donde estaban Lucerys, Aegon y Jace. Ellos tres estaban listos para irse, aunque Aemond se debía quedar todo el fin de semana en el hospital.

— Es que no me acuerdo de nada —Habló Aegon con una sonrisa incómoda, sintiéndose culpable. Aún así se acercó a su sobrino y acarició su cabeza.— Hey, gracias enano. Me sacaste del arbusto, eso poca gente lo hace.

Jace se quedó embobado, no se esperó tal acto por parte de su tío, pero le dedicó una sonrisa amable.

— Claro, no te podía dejar ahí. Somos familia.

Los cuatro, incluido Rhaenyra se fueron al McDonald's para comer. Para Aegon todo esto fue cálido, hablar con sus sobrinos, con su hermana… fue algo bonito, donde hubo risas, hubo alguna historia de por medio. Se sintió integrado, se sintió bien. Le dejaron en su casa después de comer y volvieron a la suya.

Quién se quedó al lado de Aemond fue Helaena, la cual sentada a su lado le habló. Ella había sido su figura materna durante todos estos años pese a la poca diferencia de edad, a ella le procedía regañarlo.

— A tu familia no—dijo lo primero—nos guste o no, son nuestra familia. Debemos cuidarnos, no pegarnos. Casi te pillan, Aemond. Te dije que tus amigos no me gustan…

Pero recibió sin embargo silencio, Aemond se negaba a cooperar.

POLVO VALYRIO (LUCEMOND + JAEGON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora