18. Información.

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Cuando Aegon entró por aquella puerta se encontró con un Jacaerys ensimismado comiendo helado mientras escuchaba la tele del salón.

Tenía frente a sus narices una carpeta con la investigación sobre el polvo Valyrio, así como las novedades descubiertas tras leer el libro que le había recomendado Tyrion.

Se aproximó a él por su espalda y lo abrazó, dejando varios besos sobre su mejilla. Claro que no se esperó ver a Rhaenyra sentada en el sofá, no se veía así tumbada. La contraria sonrió pensando que su hermano y su hijo se llevaban bien, no lo relacionó con otra cosa que no fuese esa.

Claro que Aegon se separó de golpe y empezó a toser, su respiración acelerada, completamente nervioso.

— ¿Jugamos a la play? —cuestionó el Targaryen, recibiendo la respuesta positiva del otro— Nos vemos, hermana —le dijo a la mayor, para luego casi salir corriendo hacia el piso de abajo.

— Te vi la vida pasar de forma rápida—Jace se rió divertido, su mano cogiendo la del mayor una vez estuvieron abajo. Se sentaron los dos en el sofá, aunque uno girado frente al otro.

— Eres hermoso así—susurró Aegon, refiriéndose a su cabello rizado y algo largo, su jersey verde que combinaba con sus ojos.

El menor avergonzado le dedicó una suave sonrisa, tras lo que lo abrazó con fuerza y pegó frente con frente mirándole con curiosidad.

— Tu también eres hermoso. Tu color natural de cabello es bonito, deberías dejarlo.

Se refería a que Aegon se solía teñir de rubio, pero le gusta así, con esa especie de canas que tenía. Su mano sobre la mejilla ajena, acaricio con el pulgar su tersa piel para luego darle un beso con sabor a cigarros en la boca. No sabía cómo se había fijado en alguien que era lo opuesto a él, literalmente.

— Bueno, me siento halagado —susurró Aegon, su mano sobre el muslo impropio dejando un apretón suave— Vamos a ponernos al lío.

Cogió pues la carpeta y la empezó a ojear. La verdad es que no entendía nada, pero con ayuda de su sobrino logró comprenderlo, y es que el resumen de todo aquello era que la habían cagado quienes fueran que hicieron la modificación de la droga, era una cagada además monumental.

Estuvieron tal vez dos horas así, con el mismo tema en boca hasta que Aegon se hartó y cogió a Jace de la cintura para sentarlo encima de sus muslos.

— Elige uno o dos—le dijo con una sonrisa.

— Dos—Jace confuso, se abrazó por su cuello con los brazos.

Fue alzado en el aire, aún así cogido de Aegon quién lo tumbó en la cama y lo empezó a besar. Su cuello lleno de húmedos besos, rastros de saliva quemando su piel. Su ropa poco a poco comenzando a formar parte del pasado, dejando la tersa piel del Velaryon al descubierto.

Lo cogió por las piernas, abriendolas mientras se hacía espacio entre ellas, y aún así se mantuvo alerta por si Rhaenyra hacia cualquier ademan de entrar aquí dentro, o cualquier otro.

— Joder—Jace se quejó al rato, cuando ya hubo entrado dentro de él. Su cuerpo tenso, pero lentamente se relajó.

Aegon no estaba siendo bruto, más bien tenía cuidado de no hacerle daño mirando de veces hacia abajo y aquella unión que se formaba.

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Helaena se hallaba en el cuarto de Sansa, la cual la había invitado a su casa, cosa que la hizo ponerse muy muy nerviosa.

Fue tumbada por la pelirroja en la cama, la cual tomó asiento en su abdomen mientras la miraba de esa forma fija y sería que ponía a la albina nerviosa.

POLVO VALYRIO (LUCEMOND + JAEGON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora