POLVO VALYRIO (LUCEMOND + JAEGON)

14. La droga.

Los problemas llegaron un 3 de enero, cuando Arya llamó a Lucerys alarmada diciéndole que un yonki llevaba toda la mañana en el coche viendo quién salía y entraba de su casa.

Luke le dijo que llamasen a la policía, que no sabía que podía ser pero quizás estaban planeando un robo. La situación se quedó hasta ahí al menos por varias horas más.

Cuando de nuevo Arya llamó a Lucerys, lo hizo enfadada.

— ¡¿Por qué demonios busca a Aemond llamando a nuestra puerta?!

Entonces Luke supo que la había cagado.

— ¿Qué le habéis dicho? ¿Tus padres aún no están en casa, no?

— No, a ver. Contesó Bran diciendo que no vivía ahí ningún Aemond. Pero es que sigue sin querer irse. Estaba agresivo.

— Voy a llamar a Aemond y contarle esto. Que se encargue de su chusma.

Dicho y hecho, asintieron y se colgaron. Lucerys estaba muy nervioso buscando el contacto del mayor, solo para encontrarse con el putísimo buzón de voz.

Estaba más agobiado de lo que debería, lo primero en lo que pensó fue ponerse la sudadera y los pantalones, el calzado y salir pintando en bici en dirección a la casa de los Targaryen.

Pedaleaba con prisa, ni siquiera miraba por donde pasaba y casi atropella a una señora pero se disculpó deprisa y siguió su camino.

Una y otra vez dio contra la puerta de la casa contraria, pero nada. No había nadie. Llamó a Helaena, teléfono apagado. Llamó a Aegon, al fin le contestaba alguien.

— ¿Qué pasa, Luke? Estoy trabajando.

— ¡Donde esta Aemond!

— ¿Bora Bora? Creo. Se fue hace dos días de vacaciones, no vuelve en cuatro más.

— No me jodas… escucha. Necesito algo urgente. ¿Estás solo?

Aegon negó, pero fue a alejarse al baño donde se encerró para poder hablar. Estaba nervioso.

— Hay un yonki delante de la casa de los Stark, busca a Aemond para que le venda droga. Dice que no se irá hasta recibir lo que le pertenece.

Las piernas de Aegon temblaron. Mierda. Creía que el contrario había avisado a todos de que no estaría una semana. Se supone que le había vendido dosis de más a sus compradores.

— Cuando salga del trabajo me encargo. Me quedan tres horas.

— ¡Tres horas! No, que te estoy diciendo que está delante de la casa de mis amigos. Y la va a liar. ¿Hay llave de reserva para la casa?

— Lucerys no te metas en esta mierda.

— ¿Quieres que los Stark llamen a la policía y estos aten cabos al pillar al yonki? Tu hermano se irá a la cárcel, y ya es mayor de edad.

Ante aquella lógica no pudo negarse. Se incorporó y puso serio, cogiendo aire.

— Escúchame bien. Ve atrás de la casa, hay un agujero en la parte lateral, escondido con una camelia. Métete en medio de la camelia y coge la llave. Esta ahí. Procura que nadie te vea.

Mientras el le explicaba, Lucerys cogía la llave.

— Auch—se dio sin querer con planta.

— ¿Estás bien?

— Sí si.  Estoy abriendo.

— Ahora ve a la zona de la cama de Helaena. Contando desde la puerta siete baldosas, la séptima es la que tienes que intentar levantar. ¿Lo ves? Una bolsita de color verde fosforito. Cógela, guardala bien entre tus nalgas si quieres. Donde sea que nadie pueda pillarla.