23. Rumores.

246 32 7
                                    

Varios periódicos independientes habían investigado la razón tras los suicidios en masa durante estos últimos meses. El New Line tuvo un gran éxito y plantó la primera semilla de la curiosidad en la gente se a pie, sin embargo al día siguiente de publicar aquel artículo, el director fue hallado muerto en su propio coche; un disparo.

Para Samwell Tarly recopilar la verdad era algo importante. Aquel periodista había sido numerosas veces amenazado a muerte pero verla de primera mano se sintió frío. El frío sin embargo nunca fue uno de su disgusto; la muerte de su jefe había sido para él la gasolina que necesitaba para meterse más a fondo con la investigación. ¿Que si solo era un becario? Pues lo era, pero estaba dispuesto a ser algo más en esta vida.

— ¿En serio tenemos que hacer esto?— Jon miró de nuevo tras la ventana del coche.

Llegaban más de media hora delante del instituto, con Sam utilizando gafas de sol y haciendo como si leía una revista aunque en realidad estaba vigilando lo que ocurría en aquel recinto. 

— Me dijiste que me ayudarías. Supongo que tus palabras no son solo unas vacías y que no traicionarás a tu mejor amigo.

— No te traicionaré…. Mira—se incorporó un poco, poniéndose serio —He venido aquí para ayudarte pero esto es un instituto. Aquí van mis hermanos, ni siquiera sé que tratas de conseguir y en unas horas tengo ensayo con los chicos.

Sam suspiró y alzó las cejas varias veces, haciendo cara de obviedad. Luego puso los ojos en blanco.

— Camellos, Jon. Camellos. Los adolescentes son los más obvios. En el recreo seguro que se venden cosas. Solo hay que permanecer de incógnito y esper-... —Fue interrumpido.

Arya vino con una sonrisa hacia el coche, gritando desde lejos un:

— Jooon, Sam. ¿Qué hacéis aquí?

Tras ella estaba Lucerys Velaryon, el cual se acercó pero no demasiado.

Sam se dio un golpe en la frente. Todo su momento incógnito había ido a la mierda.

— Mira, estamos buscando algo. ¿Sabéis algo de camellos? — Jon preguntó con naturalidad, tanta que todos se sorprendieron.

— ¿Por qué necesitáis esa información? —Lucerys se adelantó, viendo con fijeza a Sam.

— Bueno, resulta que fumar cantidades pequeñas de marihuana ayuda al sistema neurológico. Me interesaría comprar—mostró una sonrisa, viéndolos esperanzado. Debían darle premio al mejor improvisador.

— Que tonteria—dijo Lucerys entonces. Creía que Jon estaba abastecido de marihuana gracias a Aegon. ¿Para que necesitaban más? Además venir a un instituto… estaban intentando localizar un camello, alguien en concreto.— No te metas eso, de verdad.

Sin embargo ante todo decidió seguirles el rollo.

— Bueno, solo necesito el número o nombre de alguien que sepáis.

— A ver me suena que uno vende… espera—hizo como que rebuscaba en su móvil, cuando en realidad le dio su propio número— Toma, suerte con eso. Pero te recomendaría que no. Vamos, Arya.

Tiró de la contraria con intenciones de sacarla de ahí.

—¿Muy raro, no? —cuestionó Sam.

Jon se alzó de hombros, simplemente poniendo cara de circunstancia y encendiendo el coche para conducir hacia casa. No podía más con este juego de detectives privados.

****

— No puede ser… ¿Por qué has hecho eso…? — Daenerys miraba hacia Drogo, quién había rajado sus ambas muñecas. Siquiera sabía si podía parar la sangre, ya era demasiado tarde.— Mi amor…—lo abrazó y lloró de forma desconsolada.

POLVO VALYRIO (LUCEMOND + JAEGON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora