21. San Valentín.

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¿Cómo se debían sentir esos cinco chavales involucrados en el desastre del Polvo Valyrio tras ver que nadie decía nada?

Ni las noticias, ni las autoridades. La gente se suicida y lo catalogaban de meros suicidios. Si había investigaciones, no se había hecho públicas. 

Aegon se hallaba encantado de la vida. No habían sido involucrados, pudieron dejar de vender y estaban en una nueva casa. Su cuarto no era el más limpio desde luego, pero era suyo.

Ropa interior por el suelo, restos de comida, mucho papel higiénico por los mocos de haber pillado un catarro. Tenía su guitarra ya colgada, pronto se compraría también un ordenador con el que pensaba empezar a componer música de forma digital. Claro que estaba emocionado, su calidad de vida había mejorado considerablemente.

Tenía además a Jacaerys, que de vez en cuando venía a ayudarle a limpiar, que le hacía compañía, le servía de público en los ensayos con el grupo.

No supo cuando fue exactamente el momento en el que se quedó pillado de él, pero era un hecho que los dos sentían cosas, quizás Aegon más que el contrario, pero aquello no le desanimaba.

Pronto sería 14 de febrero y le quería preparar algo especial al contrario, pedirle salir también aunque no fuese nada público u oficial. Tenía en la cabeza varias ideas, y solo Helaena era la única capaz de ayudarle.

Cuando le preguntó a Cregan y a Jon, uno le dijo que mejor le lleve a un restaurante y ya y el otro le había dicho que le cantase una balada. Eran ideas malas, poco originales que le parecían un muermo.

— Es que no lo sé —le dijo a Helaena, la cual estaba en esos momentos poniendo los platos en el lavavajillas.

— Es que la gente te dice cosas Aegon y tú solo sabes decir que no. Para eso no preguntes, coño —le miró de reojo, señalándole con reproche utilizando un tenedor que luego guardó.

— Ya. Si no me dais ideas buenas es lo que pasa. Y Google está repleto de tonterías también.

— Solo tú sabes lo que quieres y como lo quieres. Confía en tu instinto—dijo aquello con la esperanza de que su hermano la dejase en paz, y desde luego que funcionó.

Con una sonrisa, el hombre se encerró en el cuarto y procedió. Le escribió una carta de amor, le echó perfume y la metió en medio de sus boxers que tuvo el detalle de que fuesen limpios. Los empaquetó y colocó un lacito encima.

Helaena tenía razón, solo debía ser él mismo. A Jace le gustaba por algo, no tenía que buscar ideas ajenas sino hacer algo propio. Contento se puso a fumarse un porro, así pasó la noche.

****

Era 14 de Febrero cuando Lucerys entró al instituto y yendo a su taquilla se encontró una carta. Su compañera de clase Obara, eso sí que no se lo esperó. no le veía capaz de hacer ninguna chorrada de San Valentín. La veía muy agresiva para esas cosas.

— Pero bueno… el chico tiene una cartita —Contenta Myrcella se aproximó a él y ojeó, pero la carta fue escondida.

La rubia portaba en sus brazos varias cajas de bombones y hasta flores, si que triunfaba en este día..

— ¿Qué pone?

— Aún no la he leído, luego a solas—habló Lucerys con una mueca.

Arya no había recibido nada y estaba a gusto, el año pasado tuvo un admirador que resultó ser un Baratheon y le mandó a la mierda. Un polvo está bien, pero a ella esas tonterías de las relaciones no le iban nada…

POLVO VALYRIO (LUCEMOND + JAEGON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora