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¿Cómo es posible que un simple gesto pueda descontrolar tanto a una persona? Esa simple sonrisa, ¿hizo tanto? ¿Por qué me pone así? Todo es tan obvio, tal vez no debería continuar con esto, no es justo para Cástor y Teo seguir ilusionándose si de todas formas ya sé cuál será el resultado, Samuel me ha gustado desde hace años, lo sigue haciendo y cada vez me gusta más, su forma de sonreír, como es cuando está conmigo, es cierto que hubo ciertos momentos en los que no se comportó adecuadamente, pero él me gusta, cada vez que estoy con él me siento diferente, sonrío solo al verlo, eso no pasa con los demás y dudo que lo haga.

Escucho que suena la puerta y me levanto de la cama, es domingo por la mañana y aun cuando casi termino mis tareas hay mucho por hacer, ayer avancé bastante, pero luego de que todos se fueran no pude hacer nada, mi cabeza no dejaba de darle vueltas a lo que está pasando y no hace más de una semana que inicio. Llego a la puerta y la abro, no hay nadie, pero en el suelo esta una nota y debajo una flor amarilla, las tomo y entro a casa de nuevo.

Sé que aún tienes mucho por hacer, pero volveré a las seis para salir a cenar y no aceptaré una negativa por respuesta, te quiero Ania y que mejor detalle para animar una mañana que una hermosa flor para la chica más increíble que conozco, que tengas un gran día.

Samuel

Sonrío mientras me recargo en la pared bajando lentamente hasta quedar sentada en el suelo, una flor, una simple flor, eso es todo, ¿así de sencillo es hacerme sonreír como si hubiese recibido el regalo más extravagante del mundo? A las seis lo voy a ver, llevo la flor a mi nariz y aspiro el dulce aroma que emana, nunca una flor me había parecido tan hermosa.

Suspiro lentamente, esta decido, es momento de acabar con esto, no puedo hacer que los demás pierdan su tiempo con esto si no vamos a lograr nada.

Busco entre la ropa que tengo aquí algo lindo, pero casual, no quiero verme muy elegante ni muy informal, botas, ¿Dónde deje mis botas? Tengo unos botines, ¿pantalón o vestido? Pantalón, definitivamente, una chamarra negra, muy bien, esto quedará perfecto. Son las cuatro treinta cuando empiezo a alistarme, al salir del baño me quedo viendo el conjunto que elegí, será mejor que primero me maquille antes de vestirme, oh por Dios, ¿cómo se supone que haga eso? Bueno, Ania, respira profundo, tranquila, es solo una cita, nada fuera de lo normal, solo es Samuel, respira.

A pesar de que logro terminar de alistarme a tiempo, estoy muy nerviosa, son las cinco cincuenta cuanto reviso el reloj, me siento en el sofá de la sala a esperar que llegue. Luego de lo que parece una eternidad, tocan a la puerta, siento como mi corazón da un gran salto, me levanto y me acerco a la entrada, al abrir veo un pequeño peluche en el suelo, no mide más de diez centímetros de alto, pero frente a él hay una nota.

Hagamos algo divertido, tienes una hora para encontrarme, o a la siguiente pista, si no lo logras deberás hacer lo que sea que yo diga durante una semana, si aceptas este juego mándame un mensaje de confirmación, ¿recuerdas donde fue la primera vez que te vi en esta ciudad?

Samuel

p.d. si ganas te compraré el libro que quieras

¿Cómo se atreve a retarme si sabe perfectamente que nunca pierdo? ¿Quieres jugar? ¡Bien! ¡Hagámoslo! Saco mi teléfono del bolsillo, busco su contacto y escribo solo una palabra, "Aceptado" cierro la puerta y salgo de casa a las seis diez.

¿El primer lugar donde lo vi? U.L.A. cuando regresaba de mi examen... Esperen un momento, ¡esto es injusto! Vivo muy lejos de la primera marca si no llego en una hora no será por mi culpa, camino a la parada de autobuses y subo al primero que pasa. Cuarenta y cinco minutos después estoy frente a U.L.A. bajo corriendo del autobús, faltando poco para llegar a la puerta de la institución, recuerdo el detalle más grande y tonto del mundo, es domingo y la escuela no habré los domingos, saco mi teléfono, faltan unos minutos para terminar la hora, busco el contacto de Samuel y escribo lo más rápido posible, "Llegue a tiempo, pero está cerrada la escuela, ¿cómo se supone que encuentre la primera pista?" observo el mensaje por algunos segundos después de ser enviado, la respuesta no tarda en llegar, "No te rindas, tú puedes encontrarla, te quedan dos minutos" volteo hacia todos lados inspeccionando de manera rápida, camino hasta la puerta y vuelvo a revisar, cerca del muro principal veo algo extraño, me acerco lentamente y sonrío, al parecer gané el primer round, en el suelo el tallo de una rosa amarilla se deja ver y debajo de ella hay otra nota,

Sin Duda AlgunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora