18

2 0 0
                                    

-Hoy termina nuestra semana Corderito. Cástor se ve un poco triste, pero aun así hay una enorme sonrisa en su rostro.

A pesar de que Cástor y yo hemos pasado prácticamente todas las tardes juntos, la chica no se ha atrevido a acercarse, lo que me hace pensar que tal vez, la próxima semana ya que Cástor desparezca ella vendrá a verme.

Por otra parte, tampoco he podido hablar con Teo, pues cada vez que me veía llegar con Cástor desaparecía sin más, no contesta mis mensajes, ni mis llamadas y ya me cansé de buscarlo, así que al igual que Cristal, espero que se acerque a mí una vez Cástor se haya ido.

-Vaya, alguien está muy feliz hoy.

Salgo de casa, cierro la puerta detrás de mí y paso a su lado, viendo a la calle, pero no hay auto estacionado. –Tu...

-Lo dejé en casa, ya que solo nos queda este día quiero pasar la mayor cantidad de tiempo contigo. Una enorme sonrisa de oreja a oreja aparece y enseña todos los dientes como un niño.

-Vámonos ¿quieres? Voy a llegar tarde.

Empiezo a caminar y en dos segundos ya está a mi lado, de alguna manera, desde que ambos acordamos que seriamos amigos todo se ha vuelto más cómodo, cosa que realmente agradezco, el camino pasa ligero y rápido, así que cuando menos lo espero ya estamos en U.L.A.

-Olvidaba que además de todo caminas el campus completo.

-Es el camino más rápido, además caminar me relaja, muévete ¿sí? Vengo con buen tiempo y no quiero llegar tarde.

-Que mandona eres corderito.

-Querías acompañarme ¿no?

-Eres muy cruel conmigo corderito. Hace pucheros esperando a que suavice mi carácter, pero solo logra divertirme.

–Lo sé. Le guiño un ojo y sonrío, lo veo mover la cabeza de lado a lado, pero aún con una enorme sonrisa en el rostro.

Este extraño sujeto está feliz y sinceramente eso me pone feliz también, en mi familia siempre han dicho que suelo atraer gente extraña y siempre terminan siendo mis amigos y es en ocasiones como esta en las que les doy la razón al cien por ciento.

-Hey, por cierto, sé que yo ya me retiré y todo, además sé a quién vas a elegir, pero ¿ya lo hablaste?

-Lo he intentado con Teo, pero últimamente me ha estado evitando y a Samuel no lo he visto desde semana pasada, así que no he podido.

-Si pudieras hacerlo en este momento, ¿lo harías?

Volteo hacia Cástor y aun cuando no me está viendo hay una enorme sonrisa malvada en su rostro, sigo su mirada y me doy cuenta de que su objetivo es Samuel, ¿es ahora o nunca? Cierro los ojos y respiro profundo. –Vamos.

Su sonrisa crece y ambos caminamos hacia Samuel, siento como mi corazón empieza a acelerarse, ¿qué es lo que voy a hacer? Respira Ania, todo va a salir bien, inhalo y exhalo profundamente, estamos a pocos metros y hasta ahora me doy cuenta de que no está solo, me detengo en seco y Cástor hace lo mismo.

- ¿Cómo esperas que crea que te gusta esa niñata?

-No pienso quedarme para escuchar como intentas insultarla, no pretendo que lo creas, solo quiero que me dejes fuera de todas tus artimañas, los problemas con tu ex es momento de que los soluciones sola.

-Samuel, vamos, realmente esa chica no te gusta ¿por qué no lo admites de una vez?

La veo dar un par de pasos al frente y poner sus brazos alrededor del cuello de Samuel, de reojo noto como Cástor da un paso adelante, pero lo alcanzo a tomar del brazo para detenerlo. - ¿Es que no piensas hacer nada corderito?

Sin Duda AlgunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora