La mañana fue justo igual que el día anterior. Finn y yo cruzamos miradas un par de veces mientras desayunábamos, yo intenté sonreír y pensar que todo era parte de mi imaginación, pero no era así. Él y yo no estábamos bien y todos en la mesa lo notaron.
Chase aclaró la garganta y soltó un corto «¡incómodo!» mientras llevaba unas tostadas a su boca. Sorbí un poco de café y miré de reojo a Finn, él no estaba comiendo, miraba hacia abajo y jugaba con sus dedos como si estuviese nervioso.
—Y... ¿Qué tal el clima? —cuestionó Nick mirando el techo, como si pudiese ver el cielo a través del concreto.
—Silencioso, poco amistoso y nublado —respondió Chase.
Todos compartimos miradas.
—Sí, es verdad... Amigos, me voy a dar una ducha. Creo que el cielo necesita un poco de lluvia para volver a ser él —anunció Finn levantándose de la mesa.
Aquella acción dejó otro silencio sobre la mesa que fue automáticamente destronado por la voz de Chase.
—Tienes que hablar con él —me dijo serio.
—Ayer lo intenté, pero evadió la conversación y dijo que todo estaba bien. ¡Por supuesto que nada está bien! ¿Pero qué puedo hacer si no quiere hablar conmigo? —susurré e intenté gritarlo a la vez, eso provocó que mis ojos se agrandaran y mis fosas nasales se inflaron un poco.
Me daría miedo hasta a mí verme en ese estado, pero mi rostro solo les provocó risas a mis mejores amigos y a mí un bufido cansado.
—Quiero estar bien con él, pero ya no sé qué hacer. Estoy muy confundida porque no me gustaría iniciar algo con él sabiendo que no voy a corresponderle de la misma manera... Y a la vez no puedo dejar de pensar en él.
Tomé una gran bocanada de aire y la expulsé casi de inmediato.
—Estos jóvenes de hoy en día, querido —Chase negó con la cabeza mirando a Nick. Él sonrió de lado y me observó con una de sus miradas de persona que me daría un gran consejo.
—Bee, deja de pensar tanto y actúa un poco más con el corazón. Sí, probablemente no funcione, o tal vez sí. Pero si ambos quieren algo, ¿por qué no lo intentas? No lo sabrán si solo deduces que todo va a salir mal.
—No le quiero hacer daño.
—¡No le vas a hacer daño, Bee! Los dos sienten algo por el otro, esto se puede desarrollar o solo detenerse, pero la única que se está saboteando, que piensa que no puede tener algo bueno en la vida eres tú. ¡¡Toma una decisión!! Y no te estaría diciendo todo esto si no supiera que todo en tu existencia dice que sí, menos esa cabeza testaruda que tienes. ¿Quieres ser feliz? ¡Tienes la oportunidad de hacer feliz a dos personas! Pero, aun así, si yo estuviera equivocado y realmente no quieres hacerlo, también estará bien. Yo estoy aquí para ser un espectador de tu vida e intentar aconsejarte, pero la decisión siempre será tuya.
ESTÁS LEYENDO
Entre mis recuerdos
Roman pour AdolescentsA través de los recuerdos que esconde el baúl de su madre, Bee descubrirá secretos familiares que la empujarán a vivir nuevas experiencias. ...