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📣AVISO📣 Como les comenté al inicio de la historia, podrían haber escenas fuertes de leer, y esta es una de ellas, lean con precaución. ⚠️Muertes, personas con trastornos⚠️ Ahora sí, disfruta tu lectura.
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—Contesta, Bee —me pidió la persona que iba a rastrear la llamada—. Pero habla con calma y niega que estás con nosotros. Incluso si quien te habla es Finn, ¿está bien? Todos en silencio, por favor.
Yo asentí, acatando lo que me estaba pidiendo.
—¿Hola? —fue lo primero que dije. Mis manos estaban temblando, pero no podía darme el lujo de no hablar en ese momento. Me necesitaban. Finn me necesitaba.
Un silencio se oyó del otro lado de la línea, luego una risa, era distinta, pero aun así pude identificar la voz de Finnegan Armwood. El padre.
—Hola, Bee. Juguemos un jueguito, ¿bien?
—¿Qué? —cuestioné confundida.
—¿Hay alguien en casa? ¿Está tu papito ahí? —preguntó, como si hablase con una niña pequeña. El escalofrío que sentí era distinto a cualquier otro.
—No —respondí. Miré al comandante y solo asintió viéndome, como animándome a seguir.
—¿Están tus amiguitos contigo? ¿Robert? ¿La poli? ¿Está la policía contigo? —preguntó en un tono casi burlesco.
—No, estoy sola. Deja en paz a Finn, ya libéralo. ¿Por qué haces todo esto?
—Sh, sh, shhh —me calló—. Habla cuando te lo pida, Bee. No quiero seguir escuchándote llorar, tengo suficiente con mi hijo. Quiero un trato, pero antes... Hola, comandante. ¿Cómo está? ¿Ya me ubicó? ¿O quiere que siga hablando? —se dirigió a la persona que tenía frente a mí. Yo lo miré asombrada, y él estaba igual o peor que yo. ¿Cómo sabía?
