𝐆𝐎𝐃𝐃𝐄𝐒𝐒 | ❝ Eso significaba para ambos chicos. Una chica con la capacidad de ser alabada, sanguinaria y amorosa a la vez ❞
𝙄𝙙𝙮𝙡𝙡𝙖, una de las pocas herederas legitimas de un dios griego. Sin intenciones de enamorarse un adolescente lo l...
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《 Solo quiero ser tuyo》
La rubia salió de la habitación perteneciente de la chica Addams para dirigirse a la necesaria, parecía que discutía sola debido a que su compañero de crimen se encontraba oculto en el hombro de Idylla, pasaron al guardia con gran facilidad que hasta logró sorprenderlos.
— Tienen muy mala seguridad en este lugar -le murmuró a Dedos- ¿Cómo se aseguran de que ningún adolescente se esté uniendo de forma sudorosa y con gemidos bastantes sonoros?
— No lo sé
Rápidamente se escondió detrás de un muro manteniendo su mirada en el otro guardia que faltaba por evadir, este mismo avanzo por el pasillo sin notar su presencia perdiéndose entre la oscuridad, la semidiosa se recargó en la pared en lo que soltaba el aire contenido.
— Dedos, recuérdame llevar a Merlina con mis tías, sobre todo Afrodita, como paga de esto -el nombrado le levantó su pulgar en forma de afirmación-
Continuando con las indicaciones dadas por Enid, llegaron frente a la puerta de la habitación, con precaución Idylla abrió la puerta festejando en silencio al verla vacía. Dedos fue el primero en ingresar a la habitación por completo para buscar alguna pista sobre el libro que le ayudó en encontrar a Merlina por la tarde, movían con cuidado las cosas para volver a dejarlas en su lugar sin tener alguna pista del libro de los oscuritas.
— Hay que admitirlo, este chico si es ordenado -dijo Idylla concentrada en su labor-
Dedos escuchó la perilla girar por lo que le empezó a hablar a la chica, pero ella estaba lo bastante concentrada en un dibujo en particular de su escritorio, con las yemas de sus dedos acariciaba el dibujo con emoción y sin creer lo que veía. El familiar de Merlina se posó sobre el dibujo moviendo sus dedos de forma frenetica, Xavier ya había ingresado a la habitación quedo en la puerta confundido.
— ¡¿Qué?! -le exclamó harta- ¿No te das cuenta de que tiene un dibujo mío en el que estoy con él y Ajax?
— ¿Acaso los dioses entran en las habitaciones ajenas a esculcar en sus cosas? -la voz a sus espaldas la hizo girar nerviosa. Dedos subía por su espalda escondiéndose tras su cabello, los ojos de la rubia se abrieron como platos mientras que el chico se acercaba a ella dejando los audífonos en la cama- ¿No vas a decir nada?
Movió su brazo sin emitir alguna palabra, el plan que se habían encargado de plantear con detalle y con una simple cosa, no ser descubiertos por el presente, fue arruinado.
— ¿La gran Idylla se ha quedado callada ante mi presencia? ¿Por qué estás en mi habitación, diosa? -preguntó posicionando sus brazos a los lados de la mesa sin dejarle alguna salida. Cara a cara y a pocos centímetros del otro-
— Es que... Quería conocer tu habitación. Soy muy imaginativa y a la vez curiosa
— ¿Te daba curiosidad saber si mi habitación sobrepasaba tu imaginación? ¿Te la habías imaginado?
