VIII

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《 Una parte de la verdad 》

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《 Una parte de la verdad 》

Idylla continuaba en su cama dormida después de su larga noche. Como se encontró a Dedos en el camino fingió ir a los baños para que nadie lo viera y, claramente se llevó la burla de la extremidad hasta que llegaron a su habitación, al ser tarde acepto en buscar a Merlina en la mañana.

Sintió una almohada golpear contra su rostro antes de sentir agua fría caer sobre ella logrando despertarla completamente, Dedos y Yoko la observaban impactada por lo que acababa de suceder.

— Pero ¡¿qué fue el mal que yo hice?! -cuestionó con un volumen alto-

— Hasta que te despiertas -le dijo la vampira dirigiéndose a su tocador- Tienes 20 minutos para arreglarte, la directora Weems pidió que nos reuniéramos en el patio

— ¿Pues cuánto dormí? -preguntó viendo la hora en su celular- ¿Tan poquito? Si ni dormí nada

— ¿Nada? Te puedo asegurar que dormiste más feliz que una lombriz -la aventó su secadora- Sécate el cabello, ¡rápido!

Obedeciendo a la chica con quien compartía cuarto se levantó de su cama empezando a pasar la secadora de cabello, Dedos le hablaba con señas esperando a que lo viera en lo que la vampiresa sacaba su uniforme del armario.

— ¿Qué pasa, Dedos? -le cuestionó al ponerse su blusa-

Mira tú cuello -se dirigió al espejo. Los ojos azules de la semidiosa se agrandaron como platos al verlo, con ello los recuerdos de la noche pasada inundaron su mente haciéndola sonrojar-

— ¡¿Por qué te demoras tan...?! 

Yoko se quedó en silencio al ver dos chupetones en su cuello, le lanzó una mirada pervertida a Idylla, en menos de un segundo comenzó a gritar emocionada en lo que la rubia los cubría con maquillaje y buscaba una bufanda.

— Tienes mucho que explicar. Quiero el chisme completo de lo que sucedió anoche

Muchos besos apasiónales...

— ¡¿Nos viste?! -la extremidad le afirmó con un dedo- Oh, mierda

— Después me cuentas eso, ahora hay que irnos 

Salieron corriendo de su cuarto en dirección al patio, Yoko le ayudaba en arreglar la bufanda evitando que se vieran las notables marcas echas por ambos chicos que dirigieron su mirada a ella cuando apareció en el lugar.

El patio estaba repleto de estudiantes, la rubia caminó hasta las dos menores siendo recibida por un fuerte abrazo de Enid.

— ¡¿Dónde estabas?! -expresó- ¡Me pase toda la noche preocupada por ti y que Dedos no llegara lo hizo aún peor!

— ¿Y dónde está él? -apareció en el hombro de la rubia- Significa que si te encontró

— Ya no lo envíen, por favor -pidió avergonzada. Siempre estaba en sus momentos con Xavier y Ajax- Sé cuidarme sola

𝐆𝐎𝐃𝐃𝐄𝐒𝐒 | WEDNESDAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora