Capítulo 42

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Cordelia le lanzó una almohada a Eowyn que no paraba de burlarse de ella.

Al día siguiente de su mudanza, Eowyn apareció con una mochila y su walkman con diversos casettes de músicas. Su amiga se quedaría con ella todo el verano para hacerle compañía, cosa que alegro a Cordelia mucho.

Eowyn no paraba de burlarse de como Kiram Patil era un chico nervioso que no podía decir una frase cerca de Cordelia. Lo conocieron el día en que fueron a la residencia de los Crouch a tomar el té con la señora Patil y las gemelas.

Kiram era muy alto pero se encorvaba ligeramente. Eso si, era listo pero nervioso

—Lo impactaste con tu belleza— dijo Eowyn con una sonrisa burlona— Por eso el pobre tonto no podía decir una frase completa.

—Que mala eres.

—Gracias, es un don natural.

Ambas rieron y salieron de la habitación hacia la sala para tomar el desayuno. El señor Lupin los saludó con un libro y una taza de chocolate caliente.

—Buenos días, señor Moony— saludó Eowyn.

—Buenos días, señor Lupin— saludó Cordelia sentadose en su lugar.

—Buenos días chicas— les saludó con una sonrisa.

Cordelia notó que su padrino no estaba, era raro, ya que desde que estaba aquí su padrino la seguía como un perrito esperando alguna golosina.

—¿Y mi padrino?— preguntó Cordelia.

—Moody ha llegado, va ha volver a entrenar a Sirius— contestó cerrando su libro— Sirius de joven fue Auror, y Moody quiere volver a que recupere su rendimiento.

—¿Cómo Tonks?— se emocionó Eowyn

—De hecho Alastor fue mentor de Sirius y ahora es el mentor de la señorita Tonks— contestó el señor Lupin— De hecho ella esta aquí entrenando junto a Sirius y también esta la señorita Smith.

—¿Sam?¿Aquí?— preguntó Cordelia terminado su vaso de leche.

—En el patio— contestó el señor Lupin.

Luego de su desayuno, Cordelia y Eowyn fueron hacia el patio. El Auror Moody estaba parado con sus manos detrás de su espalda mientras veía a tres figuras trotar.

Su padrino pareciese estar agotado, mientras que la señorita Tonks y Sam parecían cómodas, las dos vistiendo ropa deportiva y con el cabello sujeto en un resistente moño.

—¿Qué pasó tío?— dijo la señorita Tonks con algo de risa—¿ Estas cansado? ¿Acaso quieres que vaya por un manta para tus rodillas?.

—¡Tonks, deja de hablar y sigue trotando!— ordenó Moody. — ¡Acelera tu paso, Black, que hasta una tortuga puede rebasarte!

Cordelia se sentó con delicadeza junto a Eowyn en el césped viendo a los tres trotar. Sam al aparecer era la que tenia un mejor control en su respiración, mientras que la señorita Tonks era alguien con una mejor resistencia.

Y al parecer el tiempo en Azkaban dejó secuelas en la condición física de su padrino, Cordelia notó que le costaba respirar un poco y poco a poco su ritmo de trote iba disminuyendo.

—¿Qué sucede? ¿Estas cansado, anciano?— preguntó Sam con un ligero deje de burla, Ella estaba trotando de espaldas, al momento de volver a girar tropezó con sus pies cayendo al césped y para mala suerte, tropezando con la señorita Tonks.

Su padrino se río a carcajadas y tomó algo de ventaja mientras ellas dos se ponían de pie. Cordelia escuchó a su lado como Eowyn río a su lado.

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Una perfecta señorita [VOL. I] [Theo Nott]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora