Capítulo 56

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René jamás había visto nieve.

Lo malo de vivir en la mitad del mundo es que el clima era templado por lo que no había cuatro estaciones del año sino dos, siendo el invierno época de repentinas lluvias.

Cuando las vacaciones llegaron y en la mañana quedó un manto blanco de nieve, René y su mamá se tiraron al piso sintiendo la nieve por primera vez.

Luego de jugar en la nieve, su mamá empezó a preparar el desayuno para ellos y Colin. Aquel día era 21 de Diciembre, el Solsticio de Invierno.

Su madre había invitado a muchas chicas a una fogata ritual en la noche, preparó todo con antelación. Tenia flores y tallos para coronas de flores, ciertas plantas y bendecido algunos leños para la fogata.

Como para estos rituales las brujas debían tener el cabello suelto, René y Colin estarían en la habitación principal jugando cartas en la noche.

Aunque claro, ella jamas lo dejaría sin participar. Luego del desayuno, los tres se instalaron el sala para armar el altar de Yule.

—Mis padres jamas me dejaran hacer algo así en casa— dijo Colin tejieron algunas ramas con cinta.

—Cuando seas mayor de edad podrás hacer lo que te de la gana— le contestó René, aunque la mirada seria de su madre lo hizo vacilar— Siempre y cuando vivas lejos de ellos.

—¿Eso seria lo correcto?— preguntó Colin.

—Si algún momento sientes la necesidad de dejar tu casa, Colin— empezó a decir Mamá mientras ordenaba los pequeños pinos sobre el altar— Las puertas de esta casa siempre estarán abiertas para ti.

René observó como a Colin le brillaban los ojos ante las palabras de su madre. Durante años él ha sido testigo del sistema de acogidas de niños en su sociedad mágica.

Podría sonar cruel, pero a veces los niños eran separados de sus padres muggles, cuando se notaba que era un riesgo para el niño y su magia, los muggles eran desmemoriados para siempre.

René conoció a muchos compañeros en casa.

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Cuando él sol se estaba ocultando, Cordelia se apareció en Hogsmeade con Hermione y Eowyn. La invitación de la profesora Edith para una fogata la sorprendió antes de abordar el tren.

Una bonita carta acompañada de una hoja de muérdago llegó a ellas inesperadamente, con la nota de llevar un sencillo vestido blanco sin ningún detalle. Cordelia consulto con su padrino para asistir, y él accedió contento.

Cuando llegaron la profesora los recibió con una sonrisa, en la cálida sala de estar ya estaba la señorita Tonks con Sam junto a la señorita Clearwater, las tres sentadas en un sillón y conversando con un jarro en las manos.

—Gusta, Lord Black— le ofreció una bebida. Cordelia vio como su padrino aceptaba la bebida, donde ella claramente podía percibir a un fuerte aroma acido.

Su padrino se bebió un poco antes de empezar a toser.

—¿Fuerte, verdad?— sonrió la profesora.

—En el nombre de Merlín. ¿Qué era eso?

Canelazo*— respondió ella para luego mirar a Cordelia, Hermione y Eowyn —Para ustedes tengo té y bocaditos, el Canelazo es para los mayores de edad.

—¿Es una bebida alcohólica?— preguntó Cordelia, la profesora Edith asintió con la cabeza— ¿Y por que la señorita Clearwater tiene una?

—Ella ya tiene 17 y es mayor de edad en el mundo mágico— contestó la profesora— Soy una mujer responsable, por nada del mundo le daría una bebida alcohólica a un menor de edad.

Una perfecta señorita [VOL. I] [Theo Nott]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora