Seis años despuésSkylier.
Suspiré riendo, encontrándome una nota en mi estudio de pintura.
Está mañana que me he despertado y te he visto dormir me doy cuenta que soy el hombre más afortunado de todo el mundo, bueno sé que siempre te lo he dicho, pero no me canso de repetirlo, preciosa.
Escuché un llanto escandaloso, mientras me acercaba a la habitación de la pequeña llorona, al verme comenzó a llorar con más fuerza, dándome los brazos.
—¿Que pasa, Sophie?
Al tomarla ella halo un poco mi cabello haciendo que cerrará los ojos.
—No hales mi cabello, vamos a cambiarte ese pañal, apestas un poco, querida.
Ella me miró con fijeza, mientras halaba con más fuerza mi cabello.
—Bien, suelta mi cabello y limpio tu colita de bebé.
La lleve a mi habitación y cambie su pañal para después ponerle un trajecito de color rosa con unos cuantos lunares, coloqué una tiara que abarcaba casi toda su pequeña cabeza y hice una mueca, debía de admitir que se miraba muy exagerado así que coloqué una tiara más pequeña y dejé un beso en su cabeza rubia.
—Vayamos a preparar tu biberón que no tarda en llegar tu tía Harriet y tu tía Grace.
Ella balbuceo, mientras metía su manita a su boca, al preparar su biberón, lo guíe a su pequeña boca y ella comenzó a succionar con fuerza, mientras me observaba con fijeza y se aferraba a la tela de mi blusa, escuché como el ruido del timbre se había comenzado a escuchar así que que tomándola con fuerza, me encamine hasta la puerta, al abrir Aubrey se acercó a mí y me abrazó con fuerza
—Tía Sky.
—Hola preciosa ¿Como estás?
—Mira mi papi me compro esta muñeca —Me la mostró con una gran sonrisa en su rostro, mientras me enseñaba sus pequeños dientes.
—Esta preciosa, así como tú.
—Mira, también compro esta para mi prima sophie. —Me mostró una muñeca rubia, le sonreí.
—También está muy bonita
—Ten —Me la entrego, la tome con fuerza y escuché un lloriqueo de Sophie, ahora estaba succionado puro aire, ya había terminado su leche.
—Prestame a esta preciosidad. —Tomo a Sophie en sus brazos—Dios Skylier, Sophie está demasiado grande.
—Crece muy rápido —Tomé la manita de Aubrey mientras la guiaba hasta la sala.—¿Quieres helado?
—Si, por favor, tía Sky
Besé su cabecita y camine hasta la cocina mientras servía el helado de Aubrey y le servía un poco de café a Harriet.
—¿Y mi tío, tía Sky?
—Esta trabajando, preciosa, vendrá un rato.
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Con una nota de amor
RomansaTrilogía conquistarte | Libro 1. Mandarle notas anónimas a tu crush ¿Podría salir mal? Quizás si. ¿Pero mandarle notas anónimas a capitán de fútbol americano, que odia a todas las chicas por equivocacion? Eso podría salir peor. Pero a Skylier eso le...