7. Empieza el partido

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˗ˏˋ CHAPTER SEVEN ˎˊ˗
(THE MATCH BEGINS)

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Uno a uno iban siendo maquillados por Raquel con los colores de Inglaterra

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Uno a uno iban siendo maquillados por Raquel con los colores de Inglaterra. Fred, George, Bill y Charlie con dos líneas en las mejillas. Ginny y Hermione, que fue algo difícil de convencer, con corazones de los dos colores. Ron y Arthur con la bandera en la frente, y por último maquilló a Harry cuando todos los demás salieron de la tienda.

—Vale, ¿qué quieres que te dibuje? —preguntó Raquel pensando, quería algo más original.

—Dibújame lo que quieras, sorpresa.

Se quedó pensando unos segundos hasta que se le ocurrió una gran idea que la hizo sonreír y prepararse.

Le agarró la cara delicadamente girándola hacia un lado para dibujar en su mejilla.

—No te muevas.

La pelirroja puso una cara de concentración que Harry ya conocía, la había visto muchas veces así pero le seguía pareciendo tierna. Sacaba su lengua hacia un lado sin quitar la cara de concentración total.

Un par de minutos después acabó de dibujar un pequeño trébol verde en su mejilla, delineado con el blanco con purpurina que lo hacía ver más bonito.

—¡Perfecto!, mirate te va a encantar.

El azabache se acercó el pequeño espejo que la chica había colocado anteriormente en la mesa y en cuanto se miró dejó escapar una pequeña sonrisa.

—Me encanta, te ha quedado genial.

—¡Si! Me alegro de que te guste —le dijo la pelirroja muy alegre tomando el espejo — Me toca, voy a intentar hacerme uno a mi misma.

—Deja que te lo haga yo.

La pelirroja sonrió y lo miró por encima del espejo poco convencida pero.

—Venga, te prometo que no lo haré tan mal. Por lo menos lo intentaré.

—Mmmm... vale, confío en que me hagas un trébol bonito —dijo esta con una sonrisa.

Harry le sonrió de vuelta y convencido cogió todas las pinturas, y agarrando cuidadosamente el rostro de Raquel que no podía quitar la sonrisa de la cara comenzó a dibujarle el trébol el la mejilla.

Los dos iban cruzando miradas y sonrisas de vez en cuando. A Harry se le veía muy concentrado intentando dibujar el mejor trébol que pudo. Un tiempo después el chico dejó las pinturas y agarró el espejo para acercarselo.

—Ya he terminado.

La chica con una media sonrisa cogió el espejo y se miró con bastante ilusión. El trébol, que lo había pintado igual, le había salido bastante bien y alrededor pudo ver como el chico le había dibujado unos pequeños corazoncitos.

Raquel y el cáliz de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora