33. Parejas

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˗ˏˋ CHAPTER  THIRTY-THREE ˎˊ˗
(COUPLES)

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Cada día de la última semana del trimestre fue más bullicioso que el anterior

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Cada día de la última semana del trimestre fue más bullicioso que el anterior. Por todas partes corrían los rumores sobre el baile de Navidad, aunque Raquel no daba crédito ni a la mitad de ellos. Por ejemplo, decían que Dumbledore le había comprado a la señora Rosmerta ochocientos barriles de hidromiel con especias. Parecía ser verdad, sin embargo, lo de que había contratado a Las Brujas de Macbeth.

Algunos profesores, como el pequeño Flitwick, desistieron de intentar enseñarles gran cosa al ver que sus mentes estaban tan claramente situadas en otro lugar. En la clase del miércoles los dejó jugar, y él se pasó la mayor parte de la hora comentando con Harry lo perfecto que le había salido el encantamiento convocador que había usado en la primera prueba del Torneo de los tres magos.

Otros profesores no fueron tan generosos. Nada apartaría al profesor Binns, por ejemplo, de avanzar pesadamente a través de sus apuntes sobre las revueltas de los duendes. Dado que Binns no había permitido que su propia muerte alterara el programa, todos supusieron que una tontería como la Navidad no lo iba a distraer lo más mínimo.

Era sorprendente cómo podía conseguir que incluso unos altercados sangrientos y fieros como las revueltas de los duendes sonaran igual de aburridos que el informe de Percy sobre los culos de los calderos. También McGonagall y Moody los hicieron trabajar hasta el último segundo de clase, y Snape antes hubiera adoptado a Harry que dejarlos jugar durante una lección. Con una mirada muy desagradable les informó de que dedicaría la última clase del trimestre a un examen sobre antídotos.

—Es un puñetero —dijo amargamente Ron aquella noche en la sala común de Gryffindor—. Colocarnos un examen el último día... Estropearnos el último cachito de trimestre con montones de cosas que repasar...

—Mmm... pero no veo que te estés agobiando mucho —replicó Hermione, mirándolo por encima de sus apuntes de Pociones.

Raquel estaba tan cansada de repasar sus apuntes que lo guardó todo y se tumbó en la mesa.

—Es Navidad, Hermione —le recordó Harry. Estaba arrellanado en un butacón al lado de la chimenea, leyendo Volando con los Cannons por décima vez.

Hermione también lo miró a él con severidad.

—Creí que harías algo constructivo, Harry, aunque no quisieras estudiar los antídotos.

—¿Cómo qué? —inquirió Harry.

—¡Cómo pensar en ese huevo!

—Ya se lo he dicho yo unas miles de veces, no te va a hacer caso —se metió la pelirroja en la conversación.

—Vamos, Hermione, tengo hasta el veinticuatro de febrero —le recordó Harry.

—Te lo dije —volvió a meterse Raquel riendo.

Raquel y el cáliz de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora