Cuarto año de Raquel Weasley en Hogwarts. Volverá a reencontrarse con todos sus amigos y su actual novio y se encontraran con una gran sorpresa. Muchísimos nuevos sucesos les depararan, nuevos amigos, fiestas...
Todos los personajes salvo Raquel y L...
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Cuando por fin llegaron a las tiendas, nadie tenía sueño y, dada la algarabía que había en torno a ellos, el señor Weasley consintió en que tomaran todos juntos una última taza de chocolate con leche antes de acostarse.
Raquel hablaba con los gemelos sobre la apuesta que hicieron y el dinero que habían ganado, estos se lo contaban todo muy orgullosos. Mientras tanto Hermione, Ron y Harry se encontraban juntos charlando.
-El mejor jugador de todo el partido fue Krum, no podéis decirme que no -decía Ron mientras daba pequeños sorbitos al chocolate caliente. -Menos mal que tengo una figurita suya como recuerdo porque mi gorro de irlanda... está algo roto, esas veelas... -se quejó.
-Es verdad parecías un imbécil -le dijo Harry riendose.
-¿Cómo qué parecías? ¿A tí no te han afectado? -preguntó el pelirrojo extrañado.
-A qué te refieres ¿No me afectaron...?
-¿No te parecieron guapas? -preguntó Ron directo algo extrañado.
-Bueno, si, pero lo normal.
-¿Y no te sentías con la mente en blanco, o como atraído a ellas? -Añadió Hermione.
-Pues no -Dijo el pelinegro extrañado.
-Harry, cómo te ha explicado Raquel en el partido. -comenzó a explicar la chica -Las veelas son criaturas semihumanas. Utilizan su belleza para atraer, casi hipnotizar, a los chicos principalmente. Así consiguen que hagas lo que ellas quieren...
-¿Y eso qué tiene que ver? no funcionará con todos.
-Déjame que acabe -Se quejó la castaña -Solo un mago sumamente enamorado podrá escaparse con facilidad de caer en los encantos de las veelas. Mira por ejemplo al señor Weasley, a él tampoco le afectaba.
Harry comenzó a pensar, eso quería decir que... En ese momento se puso más rojo que un tomate con los ojos muy abiertos.
-Estás plenamente enamorado de Raquel... -le susurró la chica con una gran sonrisa de emoción.
-¡Ohh que monos! -Dijo Ron con tono burlón haciendo que el azabache le diera un codazo.
En ese momento se escuchó a la pelirroja desde lejos empezando una pequeña pelea con sus hermanos sobre el partido, y los tres chicos se levantaron para unirse.
Harry fue a sentarse junto a Raquel con una gran sonrisa. Esta le dio su taza de chocolate que se había dejado allí devolviéndole una gran sonrisa.
Harry se puso a pensar ¿De verdad la quería tanto? Si, en verdad no tenía que sobrepensar nada, la quería y mucho, pero no sabia que hasta tal punto.
