Sana aún recuerda ese día como si hubiera sido ayer. De joven, a menudo se adentraba en el bosque, a las afueras de su recinto familiar, y se sentaba en unos matorrales que albergaban una pequeña estatua de piedra de un zorro. Se tumbaba en la hierba y hablaba con la estatua, como si pudiera escucharla y responderle.Crecer como hija única no fue la causa de la solitaria infancia de Sana. Si no que fue ser la nieta del máximo líder de Tsushima, el Jito, que hizo que Sana conversara a menudo con la piedra fuera del recinto de sus padres, tutores y sirvientes de la casa.
El clan Minatozaki supervisaba la prefectura de Toyotama, en la isla de Tsushima, y albergaba una larga estirpe de samuráis condecorados. Uno de los cuales era el padre de Sana, quien le insistió a Sana que continuara con el legado familiar de los samuráis. A pesar de la gran desaprobación de su madre, Sana comenzó su entrenamiento como samurái en lugar de entrenarse para ser una líder de clan normal.
Cuando el día se hizo tarde y los grillos empezaban a chirriar, Sana se durmió con la cabeza apoyada en la estatua del zorro.
"Sana"
Sana escuchó una dulce voz llamarla pero supuso que era el viento gastándole una broma.
"Sana, cariño"
Sana reconoció la voz, no como el viento, sino como la de su madre. Lentamente abrió sus ojos para ver el sol colocándose detrás de su madre, quien estaba arrodillada, con su mano lentamente acariciando el despeinado cabello de Sana.
"¿Madre?"
"Hija mía, sabes que no deberías estar tan lejos del recinto. Especialmente a esta hora del día."
Sana no habría sido capaz de saber si su madre la estaba regañando si no estuviera acostumbrada a la dulce voz de su madre durante toda su vida. Sin embargo, el apretón en su hombro le recordó, debería haber estado hace horas en su casa para su lección de escritura.
"¡Lo siento mucho, madre!" Hace una profunda reverencia a su madre y en cuanto levanta su cabeza del suelo, los ojos de su madre desaparecen en una sonrisa y Sana puede ver las arrugas en su rostro con más claridad. La madre de Sana observa la estatua detrás de su hija y asiente hacia la estatua del zorro.
"Sana, ¿quién te contó de este santuario?"
Confundida, Sana contesta, "Nadie me contó. Estaba caminando por el bosque hace unas semanas y la encontré. No sabía que era un santuario."
"Hija, este es un santuario de Inari."
El rostro dudoso de Sana incita a su madre a continuar.
"Inari es una kami, Sana, y los zorros son los mensajeros de Inari. Estos santuarios están alrededor de todo Tsushima para proteger a la gente y sus hogares."
Sana asiente mientras su madre explica, pero frunce el ceño y dice, "Madre, pensé que los Samuráis protegían Tsushima."
Las manos de su madre caen de su hombro y agarran la mano de Sana.
"Sí, los samuráis nos protegen, tu padre nos protege y pronto tú nos protegerás, pero algún día, los samuráis no serán capaces de protegernos, así que le rezamos a Inari y otros kami para que nos guíen."
Sana se queda pensativa mientras su madre se levanta y extiende su mano para su hija. Una vez que Sana también está de pie, aferrada a la mano de su madre, dice, "¿Cómo encuentro los demás santuarios? Este estaba escondido."
"Todo lo que tienes que hacer es seguir a los zorros y ellos te guiarán. Jamás lo olvides hija mía. Si estás perdida y dando vueltas, sigue a los zorros y encontrarás el camino."
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ゴースト(GHOST) | SaMo | TRADUCCIÓN
ActionSana es una de las últimas samuráis que sobrevivieron a la batalla de la playa de Komoda y ahora debe formar equipo con un grupo de desconocidos para ayudar a salvar la isla de Tsushima y a su tío. Por el camino hace nuevos amigos, encuentra a viejo...