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Mantenía mis ojos cerrados cuando escuché una voz llamándome.


Wonwoo: Quítate de ahí niña, ¿qué? ¿piensas suicidarte o qué?

Rodé los ojos y volteé a ver a mi hermano, bueno, más bien dicho a mis hermanos.

- ¿Qué hacen aquí?

Jungkook: Lo mismo me pregunto, ¿qué haces aquí? —respondió cruzándose de brazos—.

- Nada, sólo vine a relajarme un poco.

Wonwoo: ¡Wow! Me sorprende que lo digas con tanta sencillez.

Wonwoo: Tn la semana pasada estuviste en retención durante casi cuatro horas y aún así no comprendes.


Vi cómo posaba dos dedos en la parte superior de su nariz, ambos reflejaban enojo y decepción en sus lindos rostros pero realmente no me sentía culpable.

Wonwoo: ¿Qué es lo que te sucede? ¡Ehhh! —dijo casi en un grito—.

Wonwoo: Si es por lo que pasó hace cinco años ya supéralo niña, jamás volverá y no podrás hacer nada con ese estúpido comportamiento.

Abrí inmediatamente mis ojos y estos se cristalizaron, aquellas palabras revivieron algo que había guardado hace un par de años, él había sido muy duro y a pesar de que estuviese cegado por el enojo considero que hay un límite con las palabras.

Mi enojo aumentó y luchaba para que lágrimas no corrieran por mi rostro.



-Eres un completo idiota —pasé cerca de él dándole un golpe en su hombro—.

Escuché que Jungkook le decía algunas cosas y que se  había sobrepasado en decirme aquello. En realidad eso que dijo Wonwoo me hizo sentir peor, sólo quería irme de aquí y estar sola sin nadie a quien ver ni escuchar.

Iba en dirección hacia mi casillero cuando una voz atrás de mí me hizo parar en seco y voltear abruptamente.

?: Miren a quién tenemos aquí —dijo con una sonrisa en su estúpido rostro—.

Me mordí el labio inferior y sentí como inconscientemente mis manos se hacían puños.

- Al idiota, arrogante y presumido Kim Mingyu, ¿qué quieres? —hablé molesta—.

Volteó hacia las 2 personas que venían con él y rio.

Mingyu: De ti nada niña, quítate de mi camino —dijo molesto—.

Ladeé la cabeza y sonreí de lado.

- Quítate tú de mi camino
—recalqué—.

Volteó nuevamente a ver a sus amigos y me dio una sonrisa de lado para después llevarse un dedo a su labio inferior, levantó una ceja y se rio haciendo una seña para que se fueran de ahí, no sin antes de pasar por un lado de mí y empujarme.

- ¡AGH! ES UN TONTO —pensé—.

Vi como los que se encontraba ahí miraban aquella discusión.

- ¿Qué miran? Métanse en sus propios asuntos —dije para después salir de ahí—.


Algunos tenían expresiones de miedo y otros sólo se sorprendieron ante mí reacción.

Fui hacia el estacionamiento para así irme de aquí, iba muy enojada que no me percaté de alguien y ese alguien terminó en el suelo por mi culpa.


?: ¡Auch! Oye, ten más cuidado —dijo con una mueca de dolor en su rostro—.

Rodé los ojos e iba seguir con mi andar pero algo en esa persona llamó mi atención. A pesar de ser alguien que no le importaba nadie sentí algo así que la ayudé a que se parara.


- ¡Agh! Toma mi mano, niña.

Ella lo hizo con mucha dificultad y es que aquella chica de unos dos años menor que yo traía muletas. Observé discretamente su pie izquierdo y lo traía enyesado.

Cuando se paró le di la otra muleta que se encontraba en el suelo y sin decir más me fui de ahí.

?: Grac...

Encendí el auto y manejé sin rumbo. Honestamente, me sentia mal por haberle hablado de esa manera a mi hermano, quisiera hablarle y decirle cuánto lo siento. No obstante era tan orgullosa que no podía hacerlo por más mal que me sintiera.

Llegué a mi tienda favorita donde solía comer ramen, la empleada; una señora mayor de 50 años, pelo largo color blanco, lentes, un lunar en la punta de su nariz y una gran sonrisa que siempre llevaba en su rostro, me saludó puesto que muy a menudo vengo.

Ella sabía lo que quería y me lo cobró, pero notó que me veía muy tensa y que mi mandíbula se encontraba contraída, jamás mencionó nada. Sin embargo, cuando me fui a sentar me dio un chocolate y una bebida diciendo que era cortesía, agradecí y miré hacia la transitada y aburrida calle.

A los minutos se escuchó que alguien entró debido a la campanita que sonaba haciendo ver que algún ser con vida había ingresado por aquella puerta. Estaba metida en mis pensamientos cuando aquella persona posó una mano en mi hombro y por acto de reflejo la tomé y se la doblé con fuerza haciendo que este se retorciera de dolor.


Dk: ¡Agh! ¡OYE, SOY YO! —gritó con desesperación—

Inmediatamente lo solté y dejé salir un gran suspiro.

- Maldición, niño, ¿por qué hiciste eso?

Dk sólo se encogió de hombros y rodé los ojos.


- ¿Qué estás haciendo aquí? Se supone que deberías de estar en clases.

Dk: Lo sé y creo que tú también deberías de estarlo. Sin embargo, estás sentada en una tienda comiendo ramen como una miserable —se llevó una mano a la barbilla— pensándolo bien eso eres —soltó una risa—.

- Mejor cállate si no quieres que mis palillos terminen hasta el fondo de tu garganta.


Volteé a verlo y ya tenía una expresión de miedo y sus manos tocando su garganta.

- ¡Joder! sabes que aunque quisiera hacerlo jamás lo haría, no soy tan estúpida como para terminar encerrada el resto de mi vida.

Dk se relajó y se sentó a un lado de mí.
Aquí la pregunta es ¿cómo supo que estoy aquí? Es fácil, ya que siempre venimos el odioso y yo a comer ramen.


Dk: Bien, sabes que sólo bromeaba.

- Ajá.

- Además, ¿qué haces aquí?

Dk: Sabía que no estabas bien. Cuando llegué vi a Jungkook y se veía decaído le pregunté que qué pasaba y me contó todo, después dijo que no sabían dónde estabas y que tenían rato llamándote pero jamás respondiste —soltó un gran suspiro y volteó hacia afuera— así que supuse que estabas aquí.

- Vaya, sí que eres inteligente.

Rio y por mi parte solté una ligera risita; A pesar de que algunas veces quisiera estrangular a Seokmin o aventarlo por las escaleras de la Universidad para así ya no soportarlo debo admitir que sí lo quiero, muy pero muy en el fondo. Él se había convertido en alguien importante y sé perfectamente que él lo sabía. Sin embargo, no soy alguien de expresar y menos desde aquel día, aquel día que fue la peor noche de mi vida, desde ese día odié tanto a cada maldita persona que respirara en especial a la estúpida y arrogante familia Kim.

Terminé de comer mientras le ofrecía una que otras veces a Dk y este aceptó. No íbamos a volver a la escuela eso estaba más que claro, tampoco respondería las llamadas de mis hermanos, a estas alturas sé que ya habrán llamado a mamá pero estando a unas horas lejos de aquí dudo mucho que pueda hacer algo.

LOVE IS THE TRUTH / Kim Mingyu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora