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DOS SEMANAS DESPUÉS:

Me encontraba en un parque junto a Mingyu, era de noche y no había casi nadie.

Decidí que le contaría poco a poco lo que pasó desde antes de aquella noche que cambió todo por completo.

- Esa noche vi que llegaron tres hombres más con unas cajas grandes color negro, las dejaron en el amplio escritorio y dijeron que era lo último que había llegado. Cuando lo abrieron y sacaron lo que había vi que eran unas armas —sonreí— eran lindas.

Mingyu: ¿Lindas? —asentí— que loca.

- Que odioso.

Cada noche nos veíamos en diferentes lugares y cada quien decía una que otra cosa del otro, luego le contaba algunas cosas que recordaba, el hablarlo con él me hacía sentir mejor pues liberaba poco a poco aquel dolor sin darme cuenta.


- No quise saber más, así que volví a mi habitación y me quedé dormida.


Después de 30 minutos de contarle lo que había pasado nos quedamos en un agradable silencio.


Mingyu: Sabía que algo no andaba bien y sabía que mis padres ocultaban algo —dijo mirando hacia el cielo—.

Mingyu: Por cierto, ¿cómo te fue hoy?

- Bien, Lauren dijo que he mejorado un poco —me encogí de hombros—.

Mingyu: Me alegra escuchar eso.

Su mano estaba a centímetros de la mía y veía de reojo como la movía lentamente hacia conmigo.

- Si la vas a tomar hazlo ahora.

Reí y se puso bastante rojo de la vergüenza pero no fue mucha, ya que tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos.


Mingyu: Eres muy directa Jeon.

- Lo sé.

Mingyu: Oye, ¿qué haremos si alguien se entera de que estamos en contacto?

- No lo sé también he pensado lo mismo.

Y era cierto, ¿qué haremos cuando nuestras familias lo sepan?

- Pero mientras hay que disfrutar el momento.

Lo jalé y lo llevé hasta la cancha de basket, lo reté y nos pusimos a jugar.

Mingyu: Si pierdes harás lo que yo diga, si ganas yo haré lo que tú digas, ¿aceptas?

-Acepto.

Jugamos durante un largo tiempo e íbamos igual pero hizo un hábil movimiento y me ganó.

Mingyu: Soy el mejor —dijo junto a su vez me guiñaba un ojo—.

- ¡Agh! Que presumido.

No me gustaba perder y menos cuando hay una apuesta de por medio.

Siguió haciendo un bailecito tonto para hacerme enojar mientras lo observaba decidí aventarle mi mochila y este paró riéndose aún más.

- ¡YA! ¿qué quieres que haga? —me crucé de brazos—.

Se acercó hasta mí y se puso a mi altura cosa que hizo que me pusiera bastante nerviosa.


Mingyu: ¿Qué podrías hacer, Jeon?
—se llevó una mano a la barbilla—.

No decía nada y sólo nos mirábamos a los ojos, nuestras respiraciones eran agitadas y ambos estábamos sonrojados. Me juntó lentamente tomándome por las caderas para después posicionar una mano en mi cintura y con la otra acariciar mi mejilla izquierda. Ese tacto hizo que mi cuerpo sintiera una oleada de electricidad y que mis piernas se debilitaran.

LOVE IS THE TRUTH / Kim Mingyu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora