33. Vete con él

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Poché

Luego de la maravillosa sesión de sexo que tuve con Daniela tuve que irme de su apartamento, mis planes eran quedarme a dormir con ella, pero mi papá me llamó diciendo que llegara a casa lo mas rápido posible.

Llegué y saludé a Tavito junto a Sole que se encontraban en la entrada, cuando llegué a la sala él estaba ahí pero en cuanto me vio solo me indicó con la cabeza que lo siguiera, entramos al despacho y ahí se encontraba el abogado Carlos Solís el misml de siempre.

—Buenas noches—dije nerviosa ¿habrá pasado algo?

—Buenas noches María José, me alegra volver a verte—me saludó muy normal.

—Gracias—me limité a decir.

—Hija Carlos está aquí porque tenemos algo que decirte—

—¿Pasó algo? ¿Hice algo malo?—pregunté con un nudo en la garganta.

—No mi amor tranquila, no es nada malo—dijo y saqué todo el aire de mis pulmones.

—¿Qué pasa entonces? No entiendo—

—Siéntate y escucha por favor—pidió y así lo hice.

—Hija el motivo por el que Carlos está aquí es porque quiero hacer legal un documento—estaba muy confundida.

—¿Qué documento?—

—Este—dijo el abogado dándome unos papeles. Empecé a leer y abrí mis ojos como platos al darme cuenta de lo que era.

—¿De verdad quieres hacer esto?—pregunté muy sorprendida. Él me regaló una sonrisa y se acuclilló frente a mi, tomo mis manos y me habló con delicadeza.

—Solo si tú quieres, a mi me gustaría que aceptaras y estoy completamente convencido que Marta estaría de acuerdo conmigo—

—Pero es una responsabilidad muy grande, no sé si estoy preparada para algo así, apenas inicié la universidad—

—Y por eso mismo te estoy dando esto, es un regalo por tu esfuerzo y desempeño, pensé dártelo para tu cumpleaños pero Carlos no estaba, así que te lo estoy dando ahora, en tu primer día de universidad—me quedé callada pensando en todo esto—escúchame, que aceptes y firmes este documento no quiere decir que tengas que ejercer ahora, sé que apenas estás empezando, pero yo quiero ver tu nombre grabado ahí en ese documento, quiero ver que diga que la única dueña de los hoteles G&G seas tú—mi corazón latía, jamás me imaginé algo así—¿Qué dices? ¿Aceptas firmar y darme ese pequeño gusto?—dijo ahora divertido, así que no pude evitar sonreír.

—No sé que decir la verdad—

—Solo di que aceptas, sería lo mejor que podrías hacer créeme, es tuyo, Marta lo sabía y aquí está el documento  solo hace falta tu firma—me quedé callada unos segundos.

—Esta bien, acepto—dije y él saltó de la alegría.

—Bien María José firma acá—Carlos me entregó las hojas que debía firmar, me pareció raro ver la firma de la esposa de Juanca ahí, era como si ella supiera de esto y lo firmara pero cómo si ella esta muerta, sin embargo decidí callarme porque ese tema le duele a mi papá todavía.

—Perfecto—dijo cuando terminé de firmar—a partir de ahora eres la única dueña de los hoteles G&G felicidades—

—Gracias—dije un poco tímida.

—Estoy muy feliz hija, por fin tienes lo que ha sido tuyo siempre—comentó papá y yo lo vi con cara de no entender nada.

—¿Por qué dices eso?—

Mis más grande adicciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora