71. Reencuentro

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Poché

Estos días han sido maravillosos, todo era como antes o mejor dicho aún mejor, volvimos a Colombia porque lamentablemente debíamos regresar a nuestro trabajo, vivía con Daniela en su apartamento pero estaba en busca de una casa porque cuando nuestro hijo nazca este apartamento nos quedaría pequeño.

——¿Amor estás lista?—le pregunté a Daniela desde la sala—¿amor?—fui a buscarla porque no respondía y la encontré en el baño vomitando, sujete su cabello hasta que terminó—te sientes mejor?—

—Sí, este pequeñín si me está dando batalla—dijo y las dos sonreímos.

—Mañana tenemos la cita con la ginecóloga que recomendó mi papá así que podemos preguntar si puedes timar algo para eso—

—Gracias amor aunque creo que esto se pasa solo—se terminó de lavar los dientes y la abracé por atrás.

—Ya quiero ver tu vientre mas abultado—dije acariciándola.

—¿Me quieres ver gorda?—

—Sí, porque eso solo significaría que nuestro hijo está próximo a nacer y así poder tenerlo en nuestros brazos—dije y ella sonrió.

—¿Qué quieres que sea amor? ¿Niño o niña?—

—Lo que nos quieran regalar por mí está bien, lo importante es que se encuentre bien ¿y tú?—

—Opino lo mismo y por eso te amo más porque eres la mujer perfecta para mí—

—¿Así?—dije coqueta—¿de verdad lo crees?—

—Sí eres perfecta con todo y tus defectos y ¿sabes lo genial de eso?—negué—lo genial de eso es que eres mía, eres mi mujer María José Garzón—

—Soy tu mujer Daniela Calle, te pertenezco en cuerpo y alma—se da la vuelta y me da un beso lento pero que poco a poco empieza a subir de nivel—es mejor irnos porque sino no respondo de mí—dije en un susurro.

—Solo porque tenemos que cumplir con nuestras obligaciones porque de lo contrario me dejaría hacer de todo ahora mismo—bajó su mano y le dio un leve apretón a pochesito.

—No me tientes Danielita porque vas a sufrir las consecuencias hoy en la noche—apreté sus caderas.

—Mmm pues ya quiero que sea de noche entonces—reímos y por fin retomamos nuestro camino a la empresa.

Llegamos y cada una tuvo que ir a su oficina para empezar el día de trabajo.

Estuve revisando documento tras documento y ya me sentía cansada, definitivamente no fue tan buena idea ausentarnos por varios días.

—Adelante—dije cuando tocaron la puerta y automáticamente sonreí.

—¿Cómo vas?—

—Ya casi termino, pero siento que me duele todo el cuello—ella se puso atrás y me empezó a dar un masaje—ay que rico amor—

—¿Te gusta?—

—Me encanta tus manos son mágicas—siguió masajeando pero el sonido de la puerta nos interrumpió—adelante—dije y entró la secretaria.

—Perdón pero el señor Esteban la busca—

—Que pase por favor—dije de inmediato, Esteban Rodriguez era el chef encargado de atender los restaurantes de los hoteles. Me puse de pie y Daniela a mi lado—Esteban que gusto tenerte por aquí—

—Gracias María José, buenas tardes señorita Calle—vi que una señorita venía con él—Permítanme presentarles ella es mi hija Sofía—

—Un gusto conocerla señorita—dije amablemente sujetando su mano.

Mis más grande adicciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora