Mis más grande adicción

41. Engaño

Daniela

Llegamos a mi apartamento, ella como siempre vino a dejarme para asegurarse que estuviera bien, jamás pensé que diría esto pero estoy tan enamorada de Poché que siento que no puedo amarla más, el amor que tengo por ella siento que me ha cambiado y quiero seguir haciéndolo para ser la persona que ella se merece, porque a pesar de todo lo malo que le pasó con su antiguo papá ella es una gran mujer, ama demasiado a esa pequeñita.

Llamada

—Hola Pau—respondí muy animada por la felicidad que tenía.

—Hola Calle preciosa—que raro que me diga así, ella no suele ser tan cariñosa.

—¿Estás bien?—

—Estoy bien, muy bien de hecho, pero no llamaba para eso, sabes voy hacer una fiesta pasado mañana volvemos a la universidad así que es como despedida a nuestras vacaciones y quería invitarte a ti y a Poché, a ella no le llamo porque no tengo su número pero le dices tu—dijo muy animada y creo que sería una buena idea.

—Gracias Pau, yo le digo a ella—

—¿Vendrán cierto? Mira que ustedes son muy importante en esta fiesta—dijo y entre cerré mis ojos por ese comentario.

—¿Así por qué?—pregunté interesada en su respuesta.

—Porque eres mi mejor amiga Calle y ella es tu novia así que si tu eres feliz yo también—sonreí por eso.

—Gracias Paula y sí, soy muy feliz al lado de Poché, no te preocupes que ahí estaremos—

—Genial, las espero entonces, adiós amiga—

—Adiós Pau—me despedí de ella.

Fin de la llamada

Empecé a deshacer maleta porque sino ya no lo hago. Me siento tan feliz, Poché es lo que toda mujer desea tener a su lado, es respetuosa, amorosa, dedicada, caballerosa, ella puede ser la persona más tierna y al mismo tiempo la más pervertida, porque en la cama es un semental.

Llamada

—¿Ya me extrañas?—preguntó muy tierna.

—Te extraño desde que cruzaste la puerta de mi apartamento—dije tirándome en la cama.

—¿Quieres que vaya a verte?—ella es la mejor.

—No amor tranquila, tienes que descansar, además te llamaba para hacerte una invitación—

—¿Invitación? ¿A dónde?—

—Paula me llamó diciendo que dará una fiesta como despedida de nuestras vacaciones, ya sabes entramos pasados mañana y quiere hacerlo hoy ¿qué dices, vamos?—

—Ella me cae bien pero no dejo de sentirme extraña estando con ellos—

—Vas a estar conmigo, por favor amor además ella me dijo que te invitara, que no lo pudo hacer personalmente porque no tiene tu número, anda mi amor vamos te lo pido—hice voz de niña consentida.

—Aay Daniela Daniela ¿Cuándo te podré decir que no?—dijo rendida y yo celebré.

—Espero que nunca, porque me encanta que me hagas caso—dije sonriendo.

—¿Te gusta gobernarme verdad?—dijo y reí por eso.

—La verdad sí—ella también rió.

—Bueno...en el fondo a mi también me gusta—

—Ay amor eres una gobernada, eso sí, solo por mi ok, solo yo te puedo gobernar—rió mas fuerte por ese comentario.

—Lo que tú digas amor. Oye ¿a qué hora paso por ti?—