44. Tocando fondo

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Juan Carlos

Una semana y los exámenes nada que están, estoy muy preocupado por mi hija desde que ya no está con Daniela ha vuelto a consumir, he registrado su habitación intentando encontrarla y tirarla pero no puedo, la he regañado mil veces pero es como si no escuchara.

—¿Cómo está Poché?—me preguntaba Elena, que por cierto retomamos nuestra relación. Aún no nos vamos a casar pero al menos me perdonó y entendió mis sentimientos hacia mi difunta esposa.

—No sé que hacer, cada vez está peor—dije preocupado.

—¿Y si hablamos con Daniela?—

—No, Germán me dijo que ninguno de nosotros nos acercaramos a su familia, que ya suficiente daño le hizo Poché—

—¿Quiere decir que ya no se hablan?—

—No, él defiende a su hija yo a la mía—

—¿Y sigue con el juego?—asentí a su pregunta, él también me preocupa, está igual que Poché, diferente adicción pero al final es una.

—Poché volvió a ser una adicta Elena, me duele ver como se hace daño, no asiste a la universidad, a veces solo va un día y si mucho habla con Juana. A sus demás amigos prácticamente los sacó de su vida—

—¿Y si la internas?—

—No quería hacerlo porque siento que le hago daño, pero no me está dejando otra opción y creo que lo haré así me parta el corazón—dije y ella me abrazó, agradecía poder tener a mi lado a alguien como ella en estos momentos tan difíciles. Que además ama a mi hija.

—Sé que es difícil, yo también quiero mucho a Poché y no quiero que se haga daño—

—¿Cuándo crees que puedan salir los resultados?—

—Espero que el sábado—cerré los ojos, apenas era lunes y con ella cada día cuenta.







Poché

Estaba sentada en la orilla de la piscina con los pies en el agua, no he vuelto a ver a Daniela desde aquel día en su apartamento, he intentado ingresar como siempre lo hacía pero ella los puso al tanto y ahora hay más seguridad, así que no puedo pasar. He intentado espiarla pero luego me arrepiento y no quiero parecer una loca acosadora.

—Mi niña Poché, la señorita Juana está aquí—Juana es a la única que le permito verme, con los demás chicos me da pena y por eso los alejé de mi vida.

—Que pase Sole—ella asintió y se retiró.

—Hola amiga—dijo sentándose a mi lado.

—¿No deberías estar en la Universidad?—pregunté sin verla.

—No tuvimos clases hoy—dijo y solo asentí—Poché vuelve, todos te extrañan, piensa en tu futuro, vas a manejar los hoteles de tu papá y si no vas a la universidad no podrás hacerlo, recuerda que se lo prometiste—trataba de hacerme razonar.

—Juana por favor no empieces, sabes que no voy a volver, además he estado pensando en regresar a mi vida de antes—

—¡¿Que¡?—dijo alarmada—Poché estás loca, cómo se te ocurre algo así—

—Soy consciente del daño que le estoy haciendo a mi papá y no quiero, él hizo muchas cosas por mi y mira como le estoy pagando. Juana no puedo pasar un día sin probar esa mierda, no quiero que me vea en este estado—

—Si sabes que estás haciendo mal, entonces por qué no usas eso para cambiar. Demuéstrale a Daniela que tú también puedes seguir sin ella—

—No puedo Juana, estoy segura que si la tengo enfrente lo único que voy hacer es arrodillarme ante ella para suplicar su perdón—

Mis más grande adicciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora