Mis más grande adicción

53. Pretendiente

MARATÓN 3/3

Mario

Llevábamos con mi papá diez años de no vivir en Bogotá, nos fuimos cuando murió mi mamá y desde entonces no habíamos puesto un pie aquí, pero por cuestiones de trabajo de él tuvimos que regresar, además yo también iniciaré mis prácticas en el mismo hospital. Llegamos y conocimos al director del hospital Juan Carlos Garzón, quien mantiene una relación con Elena Beltran, los dos nos dieron la bienvenida y debo decir que me cayeron muy bien. Esa misma semana el Dra. Beltran nos invitó a una cena por el cumpleaños de él pero dijo que era una sorpresa a lo cual nosotros aceptamos gustosos. Pero lo que nunca me imaginé es que esa noche iba a conocer a la mujer mas bella del universo, Daniela Calle o Calle como me dijo que la llamara, es una mujer demasiado guapa, cabello castaño, de ojos avellana y sobre todo con una sonrisa encantadora. Desde que choqué con ella supe que había sido amor a primera vista, nunca me cansaré de agradecer al destino y a la Dra. Beltran por encontrarla ya que ella nos invitó a esta fiesta.

—¿Y esa sonrisa hijo?—preguntó mi papá llegando a la habitación, aún no habíamos encontrado casa así que estamos en uno de los hoteles de la familia Calle.

—Ay papá, creo que me enamoré—dije suspirando.

—¿Así?—dijo sorprendido—¿Y eso? ¿Cuando?—preguntó y yo reí por sus preguntas.

—Anoche papá, en la cena del Dr. Garzón conocí a una mujer encantadora, te juro que es la mujer más bella que he conocido, fue amor a primera vista—

—¿Y cómo se llama?—preguntó muy curioso.

—Daniela Calle y si es la hija del dueño de todo esto—dije señalando el lugar—es que hasta su nombre es perfecto—dije suspirando nuevamente.

—Ay hijo—dijo negando con una sonrisa—solo ten mucho cuidado, no sabes nada de ella ¿y si tiene novio? No quiero que te ilusiones de más y luego sufras—

—No te preocupes papá, voy asegurarme bien si está soltera y sino pues me tocará olvidarme de ella—dije pensando en esa posibilidad, no soy de las personas que se meten en relaciones.

—Así me gusta, ahora a dormir que mañana hay que madrugar—dijo y nos acostamos, esa noche me dormí con una sonrisa en el rostro pensando en esa chica.

A la mañana siguiente nos despertamos muy temprano para poder ducharnos y desayunar con tiempo y no andar corriendo.

Llegamos al hospital y me tocaba estar en el área de pediatría, donde se encontraba Elena, así que aprovecharía para poder saber mas sobre Calle.

—Buenos días Dra. Beltran—saludé amablemente.

—Buenos días, pero dime Elena por favor, somos colegas y además espero que seamos amigos—dijo sonriente.

—Esta bien así será—respondí.

Empezamos a trabajar y ella me iba guiando en todo, atendí a niños con problemas para respirar, otros tenían infección urinaria y así, por esto amo mi profesión, porque puedo ayudar a quienes lo necesitan. Llegó la hora del almuerzo así que aquí aprovecharía para hacer mi investigación.

—Elena me gustaría hacerte una pregunta, aunque en realidad serán muchas—dije un poco nervioso.

—Si claro dime ¿ en qué te puedo ayudar?—por su tono supongo que iban dirigidas al hospital así que aclaré el tema.

—No es nada relacionado al hospital, es  mas bien sobre una persona—

—¿Así? ¿De quién se trata?—