Mis más grande adicción

60. Sentimientos

Daniela

Poché empezó a besar cada parte de mi cuerpo y sentía que me vendría con solo tocar mi cuerpo con sus manos, extrañaba tenerla así para mí, extrañaba besar sus labios, sentir su calor, sentir su piel desnuda junto a la mía.

—Ahh, penetrame ya—le decía entre jadeos y así lo hizo. Poco a poco fue entrando en mí, sentir a pochesito era lo mejor del mundo.

—Ah ahh Daniela, extrañaba estar dentro de ti mi amor, aahh que rico se siente follarte—me decía al oído mientras aceleraba sus movimientos.

—Mmm Poché te amo mi amor, siempre te he amado—dije y en ese momento me dio una fuerte estocada que estaba por tener un maravilloso orgasmo cuando de repente se escuchó el sonido de un celular, ella se separó y yo me pegué un brinco.

Mi respiración estaba agitada, mi cabello desordenado, mi corazón latía a mil y si todo fue producto de mi imaginación, pues si estaba en la cama pero sola y con mi pijama puesta, vi la hora y eran las diez de la mañana, me alarmé y me levanté rápido, tal parece que no escuché la alarma por tener sueños húmedos con Poché. Fui al baño y al tocar mis bragas me di cuenta de lo mojada que estaba así que tenía que darme una buena ducha de agua fría.

Estaba por entrar a bañarme cuando mi celular volvió a sonar así que fui a responder.

Llamada

—¿Hola?—

—Al fin respondes Calle—

—Hola Juana ¿pasa algo?—dije apurada se me había hecho tarde para ir a la empresa.

—Sí necesito hablar contigo ¿podríamos vernos esta noche?—

—Sí claro ¿es algo grave?—ahora estaba preocupada.

—No tranquila al contrario es algo bueno o eso creo. Pero te cuento en la noche llego a tu apartamento—dijo rápido.

—No espera—

Fin de la llamada

No me dejó decirle que aquí no, quería evitar a Poché y Val pero al final era una tonta porque aunque no lo quiera viven a mi lado y además trabajamos juntas.

Me cambié rápido y salí para el trabajo.

Poché

Salimos del apartamento rumbo a la casa de mi padre, hoy les presentaría a Valeria como mi novia, ya la habían visto pero solo por video llamada.

Estacione el carro que había alquilado mientras me entregaban el mío y bajamos, vi la casa y un sentimiento de nostalgia se apoderó de mí, habían pasado cinco años que no venía a esta casa, donde por primera vez me sentí segura, amada y donde inició mi nueva vida.

Tomé la mano de Val y nos dirigimos a la entrada, estaba por tocar cuando una voz hizo que volteara  a mi derecha.  

—¡Niña Poché!—giré y ahí estaba mi gran amigo Tavito.

—Tavito—me acerqué a abrazarlo.

—Niña Poché que gusto verla de nuevo—me decía en el abrazo.

—Lo mismo digo Tavito, pero mírate nada más los años no pasan en ti—dije y era verdad, estaba igual a como lo recordaba.

—No mienta que ya estoy mas viejo—

—Solo digo la verdad. Por cierto mira ven—lo llevé a donde estaba Val esperándome—te presento a Valeria Sandoval mi novia y mi amor te presento a Tavito, es el chofer de papá pero mas que nada mi amigo—dije y el abrió sus ojos como platos.