Parte 7

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Che empezó a caminar por los pasillos y ver qué más había. Salió al jardín principal donde tuvo su entrada triunfal y caída en la fuente. Se impactó por lo amplio que era el jardín aunque todo estuviera a oscuras esta vez sí lo pudo apreciar más. Tenía árboles muy grandes y todo estaba perfectamente distribuido, siguió caminando y vio que había un garaje de todos los autos de los guardaespaldas o eso sospecho porque todos tenían los vidrios polarizados y era distinto al que fue en la mañana con su hermano y Kinn. Encontró una puerta al lado de este garaje, entró y vio que era un gimnasio con todo el equipamiento para varias personas y una alberca de un tamaño olímpico.

-Wow- dijo Che y oyó cómo se hacía eco en este gran espacio.

Decidió volver a entrar a la casa y seguir explorando. Encontró una sala de televisión y vio repisas con montones de películas de todos los géneros. También encontró la cocina, era bastante amplia con diversos refrigeradores, una máquina para hacer café como la que tenían en su trabajo. Recorrió la casa por un rato más hasta que empezó a sentir un poco de sueño así que fue a su cuarto y esta vez logró encontrarlo después de su segundo intento.

Revisó lo que Kim le había regalado y vio que eran muchas cosas para el cuidado personal y olían delicioso. Abrió la pequeña caja que también le había dado y vio que era un peluche de conejo de buen tamaño y no pudo evitar sonreír. Fue al baño a acomodar todo. Tomó una rápida ducha, fue al pequeño cuarto donde tenía sus cosas para dibujar, tomó una libreta y un lápiz y fue a su cama y empezó a realizar el boceto de un rostro que últimamente traía siempre en la cabeza, se pasó un rato así hasta que se quedó dormido.


Che pasó un fin de semana bastante interesante y estresante porque Khun lo ponía a hacer muchas cosas como ver películas, o jugar cualquier cosa que se le ocurriera. Porsche y Kim vigilando que comiera, tomara sus medicamentos y se lavara la herida de la mano. Se sentía bien que cuidaran de él, eso no le molestaba a Che, pero al haber vivido solo un tiempo y no tener a nadie que lo vigile se empezaba a sentir incomodo y quien fue el primero en notarlo fue Kinn, pero no sabia como decírselo a Porsche o cómo hacer que Che se sintiera cómodo porque sabía que no sería fácil adaptarse a este nuevo estilo de vida.

Che no le dio su horario de la escuela a Kom para así no molestarlo, el domingo puso su alarma a las 5:45 para despertarse al día siguiente y se fue a dormir, en cuanto su alarma sonó, se levantó y tomó su uniforme de repuesto que Yok le había dado a su hermano, se cambió lo más rápido que pudo, metió su ropa para cambiarse en el trabajo. Salió lo más silenciosa que pudo para no despertar a nadie y se fue directo a la entrada de la casa. Estaba seguro de que lo lograría pero en cuanto abrió la puerta se dio cuenta de que Kom lo esperaba recargado en la puerta del auto.

-Pero... ¿cómo?- preguntó Che.

-Como no me diste tu horario decidí esperar a que salieras.

-Kom no es necesario que me lleves, en serio yo puedo ir solo, no quiero darte molestias o que hagas algo que no quieras.

-Nada de eso Che créeme. Ahora vamos que se nos hará tarde- dijo Kom y abrió la puerta del asiento trasero.

-Si me llevas iré en el asiento de copiloto- dijo Che serio y subiendo al asiento de copiloto.

Kom solo cerró la puerta y subió al volante. El transcurso fue silencioso hasta que Che se empezó a sentir mal de su comportamiento. Sabía que Kom estaba haciendo su trabajo pero seguía sin sentirse cómodo.

-Lo siento Kom- dijo Che apenado.

-No te preocupes, entiendo que no es un cambio fácil en tu vida así que tranquilo te acostumbraras.

El angel y un cafeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora