Seis ⟨Milagros⟩

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NARRADOR

— Reversa — Chimon estrelló la carta contra la mesa de la cafetería.

— ¡Con un demonio déjame poner! — Perth estaba enfadado y realmente su amistad dependía en este momento de un juego de 'uno'.

Chimon sacó la lengua odiosamente.

— ¡UNO! — Nanon gritó sosteniendo la carta contra su pecho, un turno más y uso su última carta amarilla — ¡Y GANE!

— No es justo, es trampa — Chimon hacía pucheros mientras revolvía todas las cartas sobre la mesa, haciendo un desastre a modo de berrinche.

— ¿Por qué es trampa? — dijo Nanon entre risas burlonas.

— Para él siempre que pierde es trampa.

— Cállate Perth.

— No seas un niño berrinchudo Chimon — Perth revolvió el cabello de Chimon.

— Ustedes chicos son tan lindos juntos — Nanon reía y sus dos amigos le sacaron la lengua al mismo tiempo.

Era un sábado calmado, tranquilo, nada fuera de lo común, habían sido levantados temprano para el desayuno y después habían ido a fumar unos cigarrillos al lugar de siempre durante la reunión sabatina de los curas.

Al pasar el tiempo Nanon fue aceptando poco a poco probar los cigarrillos, no podría decir en este momento que se consideraba un fumador, pero sin duda una que otra vez tomaría uno para acompañar a sus amigos si le daban ganas.

Llevaba todo el día pensando en si decirles o no sobre su encuentro con el chico del padre Duan, había tenido que devolver las llaves esa misma mañana, escapando un momento de la vista de sus amigos y poniéndole a May como excusa que había olvidado algo dentro y había pedido las llaves al padre Ward, por supuesto May cree que Nanon es un buen chico y jamás le diría una mentira, por lo que no hizo más preguntas, solo le pellizco las mejillas como siempre.

— Oye Chimon, linda chamarra — unos chicos pasaron junto a su mesa y un tipo castaño de ojos claros gritaba hacia Chimon — Mi hermana tiene una igual — el chico se reía con sus amigos.

— Ve a joder a tu madre imbécil sin estilo — Chimon gritó sacando su dedo medio.

Perth y Nanon solo rieron por lo bajo y a lo lejos el chico solo lanzaba besos hacia Chimon, los cuales el recibía sacando la lengua y haciendo ademan de vomitar.

Los sábados tenían permitido usar ropa normal, no era algo obligatorio, podías usar tu sotana, pero la mayoría no desaprovechaba esa oportunidad.

Era algo liberador, podías ser tú en un lugar donde todos se veían iguales la mayor parte del tiempo, también servía para observar cómo era los demás a través de lo que usaban.

Nanon le gustaba vestir cómodo, vestía una playera blanca, una chamarra y gorra negra, unos jeans que simulaban estar manchados de pintura y unos tenis azules.

Perth también era simple al vestir, camisa básica blanca, chaqueta color beige encima, jeans negros y un par de vans negras clásicas.

Chimon en cambio, era una explosión de colores en todo su explendor, vestía una camisa azul pastel, encima de ella tenía una chamarra de mezclilla rosa pastel, tenía jeans blancos del mismo color, y una banda gris en su cabeza. Le encantaba utilizar colores pasteles, o muy vivos, él era así y no cambiaría por nadie.

Claro que a veces idiotas como Vaaz lo molestaban por ello, pero él amaba la atención, buena o mala era bienvenida.

Nanon esperó a que las risas se calmaran y entonces se encontraban de nuevo hablando sobre cualquier cosa, Perth los intentaba convencer de que se unieran al club de ajedrez y Chimon les decía que los libros de juego de tronos eran una obra maestra.

La sinfonía de lo divino  || OhmNanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora