Treinta y dos ⟨Ámense los unos a los otros⟩

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NARRADOR

Nanon terminaba de poner cada uno de los envoltorios que había en las mesas en una bolsa negra, la amarró y la puso con el montoncito de bolsas cerca de la entrada.

Después de cantar mientras limpiaban el suelo, Vaaz no volvió a decir nada en toda la noche, la última tarea era tirar la basura, luego podrían irse después de cerrar bien y guardar todo en el armario de conserjería.

— Puedo encargarme de eso, puedes irte si quieres... — Vaaz habló desde donde acomodaba las charolas limpias en los estantes de la parte inferior tras la barra.

Nanon aún tenía la guardia alta, a pesar de que había decidido que el chico tendría una oportunidad.

— No, puedo hacerlo, no sería justo que lo hicieras solo — Nanon le sonrió.

Una vez más, en lugar de decir algo, Vaaz solo asintió con la sonrisa de labios apretados intacta en su cara.

Nanon entonces, comenzó a mover una a una las bolsas grandes con basura, las tiraban en el contenedor afuera del lugar, detrás de unos arbustos, en silencio, momentos después, Vaaz comenzó a ayudarle, no decía nada, pero su lenguaje corporal era tranquilo, así como había estado los últimos días, Nanon casi olvidó que se trataba del mismo chico que había dicho cosas tan desagradables antes.

Siguieron así hasta que solo quedaban un par de bolsas por desechar.

— Nanon... — Vaaz comenzó a hablar mientras llegaban al contenedor para arrojar las ultimas bolsas — Quiero disculparme...

Nanon se detuvo al instante, dejando las bolsas en el suelo, para escuchar al chico.

— Sé lo que puedes estar pensando... — continuó Vaaz.

— Honestamente Vaaz, me cuesta un poco confiar en ti... Pero ¿sabes?, escucharé lo que tengas que decir.

Vaaz sonrió.

— Mira... Sé que fui un fastidio, sé que dije e hice cosas tontas, incluso estamos aquí por mi culpa — sonaba sincero, lucía sincero... Pero las cosas no siempre son lo que parecen ser — Siempre quise ser como Pawat, ¿sabes?, quería acercarme a él, lo intenté demasiadas veces, pero simplemente no funcionaba...

Nanon tenía compasión en sus ojos, y asentía a las palabras de Vaaz.

— Y tu... Simplemente apareciste un día y te acercaste a él, más de lo que yo pude en el pasado... Yo solo... Tenía algo de envidia.

Nanon entendía, realmente lo hacía.

— ¿Sabes? no estoy justificando nada... Pero ¿sabes lo que es ser el menor de 6 hermanos?

No, Nanon no lo sabía... Solo tenía a su hermana, pero si se ponía a pensar, creía que podía entender un poco de la personalidad de Vaaz.

— Hey...— Nanon lo detuvo, su voz era amable y había comprensión en ella — Está bien... No puedo entender eso, pero está bien, descuida... Debe ser difícil obtener algo de reconocimiento entre 5 hermanos más...

Vaaz sonrió.

Y el acuerdo estaba hecho.

A pesar de haber sonado completamente honesto, Nanon no sabía que la verdad del chico era otra completamente diferente.


[...]


Ohm enjuagaba su rostro en el lavabo del baño, su teléfono estaba apoyado contra la pared del lugar reproduciendo melodías de piano.

La sinfonía de lo divino  || OhmNanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora