La vida duele, hija (2da temporada de Tomlinson a la fuerza)

Ya casi los tenemos

Narra Louis ¤♡¤

-Tienes la entrega?-dijo Dante por décima vez. Dante Gutiérrez, nos ayudaba a mi y a Harry para acabar con los narcos. Antes de ayudarnos, trabajaba única y exclusivamente para Fernando.

-Obvio.

-Recuerda que debemos distraerlos por una hora para tu amigo y todo el equipo lleguen.

-Me hablas como si yo no supiera lo que voy a hacer.

-Lo siento, es que estoy nervioso.-dijo y yo comencé a caminar hacia la oficina de Fernando. Hoy atrapariamos a ese. Un paso mas cerca de mis hijos y mi sobrina. Esperábamos que Fernando soltara todo lo que sabía de Timothy Blake. Dante y yo entramos a la oficina. Los mismos imbéciles de siempre nos recibieron. Al cabo de diez minutos llegó el jefe. Maldito idiota.

-Tienen lo mio?-dijo Fernando.

-Sí.-dije y no pude evitar rodar los ojos. Él, puso una pistola en la mesa. Esto era señal de que me mataría si hacia otro gesto así.

-Dante, retirate.-dijo y me puse frío. Me quería solo. ¿Por qué? Admito que tuve mucho miedo. Miré a Dante y él me puso los ojos como platos.

-Por qué?-cuestionó y Fernando dio un golpe en la mesa.

-Solo haz lo que te digo.-dijo casi en un grito.

-Esperame en el jardín, Dante.-dije y me acomode en mi silla. Dante no dijo nada, solo se paró y se fue.

-Parece tu novia. Te sigue a todas partes, no quiere dejarte solo y siempre se hablan mucho en secreto. Tú y Dante se traen algo entre manos?

-No, obvio que no.

-Es eso o son pareja?

-Todos tenemos nuestros gustos, no es así?

-Ustedes son pareja?

-Sí, Dante es mi novio.-dije y crucé las piernas. Demonios! Esperaba que esa mentira me hubiera salvado. Gracias a Dios, sí. Mentí y viví.

-Ya lo veía venir.-dijo Fernando entre carcajadas. Sus enormes guardaespaldas se unieron a sus risas. Yo me límite a sonreír.-Lo amas?

-Oh sí! Muchísimo.-dije esperando que mi tono nervioso no me delatara.

-Bien. Quiero una vida a cambio de la suya?

-Qué?

-Tienes que matar a Blake.

-Matar?-dije un poco atónito. Eso joderia todo el operativo. Miré el reloj. En quince minutos, Harry y todo el equipo español, estarían allí.

-Matas a Blake o matamos a tu noviecita.-dijo y volvió a reír.

-Cuándo? No quiero matar pero no dejaré que mates a mi novio.-dije. Necesitaba distraerlo.

-Hoy mismo.

-Ahora?

-Por qué esperar más?

-Porque debo prepararme.

-No sé porqué pero siento que me puedes traicionar.

-Oh! Vamos! Ya no confías en mi?

-Casi no. Ahora resulta que eres marica. Esos no me dan buena espina.

-Disculpa? Se dice homosexual o gay. Y deja eso de las malas espinas porque sigo siendo el mismo. Mi trabajo queda intacto, igual que siempre. Deja tu homofobia.-dije sacando la gran diva que Harry siempre lleva. En ese momento la diva era yo. Al demonio Hazza, yo le había ganado siendo una diva. Me faltaban los zapatos brillantes y listo.