Capítulo 28 "No había más sitios"

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ABRIL

—Abril, ¿qué pasa? — me preguntó Martina.

—Ahí está Jordi.

—Cabeza alta y para dentro — me dijo Martina cogiendome del brazo.

—Yo voy a saludarlos — dijo Mel.

—Diles que entren, que a mí no me importa.

—A ti no, a Jordi sí.

Mel se fue con los chicos y yo con las chicas.

—¿Qué acaba de pasar? — me preguntó Emma.

—Nada, el cuñado de mi amiga. Que no quiere verme — dije sin más.

—¿Por? — me preguntó Carla.

—Amor prohibido, ella tiene novio pero a Jordi le gusta — contestó Martina por mí.

—Arreglado — dijo Mel volviendo con nosotras —. Jordi se quería ir, pero entre Marc y yo lo hemos convencido para que se quede. Ah y me ha dado esto para ti — dijo dándome unas llaves.

—¿Unas llaves?

—De casa de los padres de Darío, que se las des — dijo sentándose.

—Chicas, ¿qué vais a pedir? — nos preguntó Martina.

—Nosotras lo de siempre — dijo Emma.

—Vosotras, ¿qué queréis?

—Chocolate caliente — dijimos Mel y yo a la vez.

—Parece que estais embarazadas y teneís antojo de chocolate — nos dijo Carla entre risas.

—Lo estamos — dijo Mel riéndose.

Martina se fue a atender a los chicos, en el fondo sabía que me deberia de haber quedado en casa.

—¿Me debería ir?

—Que se vaya él, no es tu culpa lo que él sienta por ti — me dijo Emma.

—¿Mel?

—Anda que le haces caso — dijo Carla entre risas.

—Mientras no te acerques a hablarle. Y seguramente se ponga de espaldas a ti.

Seguro vamos, no me está mirando de reojo. Para nada.

Mel, ¿de dónde has sacado que no me quiere ver?

—Me lo ha dicho él.

—Parece que ha cambiado de opinión, te está sonriendo — me dijo Emma entre risas.

No sé que me pasó por la cabeza que le devolví la sonrisa, y no me volvió a mirar.

Mel no se había dado cuenta, por suerte estaba con el móvil.

—Es Marc. Le estoy diciendo que distraiga a su hermano.

—Mel, no te hemos preguntado nada.

En poco rato llegaron nuestros chocolates calientes y dos cafés para Emma y Carla.

—Bueno, chicas, voy al baño. ¿Os puedo dejar solas?

Emma y Carla se me quedaron mirando sin entender nada.

—Mel, ¿puedo?

—Sí, no te preocupes. No les voy a hacer nada — me contestó cansada de mí.

—Ladra mucho, pero no muerde. Tranquilas, chicas.

Una vida a tu lado (2) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora