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El calor dentro de la habitación de la coreana y la tailandesa era apasiguable al frío exterior.
La calidez de sus cuerpos desnudos era más abrazador que un calentón. La primera en despertar fue Jennie. La coreana se estiró un poco y sonrió al ver a Lisa dormir profundamente.
- Lili - susurró para no asustarla - tengo que hacer pipí - la rubia la tenía prisionera en un abrazo.
Al darse cuenta que no podría salir, se imaginó que podía despertar así todas las mañanas. Dentro de su cuerpo, a la altura de su estómago; sintió "mariposa" revolotear.
Una emoción creció dentro suyo y quiso detenerse para no apresurar las cosas.
¿Pero detener qué?
¿Realmente la conocía? ¿Sabían que es lo que quería? ¿Y sí no hacía las cosas bien y terminaban perdiendo no sólo a una novia, sino a su mejor amiga?
Que sí Lisa descubría que había chicas mejores que ella. ¿Y sí se enamoraba de alguien más cuando haya sentido que amaba a la rubia?
- ¿Nini? - Jennie centró su vista a la chica frente a ella - ¿Pasó algo?
- ¿Qué?
- Es que estás llorando.
Lisa se sentó en la cama dejando mirar su desnudes. La rubia la tomó en sus brazos y la cubrió en un tierno abrazo.
- ¿Qué pasa?
- Yo... - no pudo continuar hablando por inseguridad.
- Está bien Nini, estoy aquí.
- ¿Y sí nos equivocamos?
- ¿En qué?
- Tal vez esto que hacemos es un error.
- ¿Qué quieres decir?
- Yo... Tengo miedo que esto que hacemos no funciona Lili.
- Entonces hagamos que funcione.
- ¿Estás segura de lo que sientes por mí es genuino? - preguntó llena de inseguridad - Quiero decir, no quiero lastimarte y me aterra que me lastimes, te quiero tanto como mi amiga, pero tambien te veo como algo más.
- Jennie - Lisa tomó su cara con sus manos y la besó. La coreana cerró los ojos al instante entregándose a la rubia en aquel beso.
La rubia detuvo suavemente el beso percatándose que Jennie seguía con los ojos cerrados y sus mejillas rojas.
- ¿Qué sentiste?
La coreana salió de su trance y recargó su mejilla en la mano de su chica.
- Me siento tan feliz y enamorada - respondió en un arranque de sinceridad.
- Es como yo me siento, Nini. Deja que descubramos está nueva fase juntas.
- ¿Estás segura? - volvió a preguntar.
- Nunca he estado más segura en mi vida.
Una nueva sesión de besos las envolvió, Lisa terminó abajo y la coreana arriba.
- Amo estar arriba de ti - sonrió coqueta la castaña al pegar sus senos al pecho de la rubia.
- A mi también me encanta, Nini.Las manos traviesas de la coreana viajaron al sur de la rubia; envolviendo su falo con su mano tibia, con un masaje masturbatorio comenzó a darle placer, iba de arriba a hacía abajo, con su pulgar jugaba con el glande.