Capítulo 20.

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Juliana se encontraba dándole de comer a la alfa que estaba debilitada por su celo. Valentina veía con lujuria a la omega.

—Valentina, tienes que comer tus fresas. —La alfa no quería comer nada de frutas a pesar de que estas la ayudaban a mantenerse con un poco más de energía cuando terminara su celo. La fruta en el celo es primordial porque era como tomar agua durante una noche de bebidas, al final no ibas a sufrir tanto las consecuencias de una "resaca".

Valentina negó y tomó la mano de la omega haciéndola caer en su regazo empezando a besar el cuello de la omega y acariciar su trasero.

—No quiero, ¿puedo follarte otra vez?

Juliana sonrió divertida, su dulce Valentina era muy diferente durante su celo, considerando que este usualmente se sonrojaba cuando le pedía un beso a la omega o se ponía nerviosa si la veías por mucho tiempo.

La omega no le importaba como se comportará Valentina, simplemente la amaba. Juliana mordió el lóbulo de la oreja de Valentina quien jadeo. —Está bien alfa.

Empezó a besar a su alfa quien pasaba sus manos por el cuerpo de su omega que estaba arriba de ella. Juliana estaba sentada a horcajadas arriba de ella, con su trasero pegando con la erección pesada de Valentina.

La rubia solamente estaba usando unos bóxers negros que rápidamente abandonaron su cuerpo, la omega empezó a acariciar el miembro de la alfa haciendo a esta gemir fuerte.

Juliana se levantó rápido haciendo a la alfa confundirse porque quería seguir acariciando la piel suave de la omega. La menor tomó un supresor para evitar quedar embarazada y no tener que usar condón con su alfa.

Juliana quitó la gran camisa de su cuerpo y las bragas color blanco la ojiazul admiro el cuerpo de su omega que se sentó otra vez en su regazo. Sin preparación se penetro con el pene de la alfa que la abrió por completo.

Valentina tomó las caderas de la omega disfrutando de la forma en que podía apretarlas y dejar sus dedos marcados.

La pelinegra empezó a mover sus caderas de adelante hacia atrás y después en círculos, gimiendo y sintiendo como la ojiazul la abría por completo.

—¿Te gusta así, omega? ¿Te gusta estar sobre mi polla gimiendo? —Juliana gimió sumisa empezando a saltar rápido, sosteniéndose de los hombros de Valentina y sintiendo como el miembro de la rubia tocaba su punto.

Valentina empezó a sentir ese cosquilleo advirtiéndole que estaba a punto de correrse.

—¿Estas cerca, alfa? —Pregunto Juliana viendo como su alfa gruñía y gemía.

Sin pensarlo dos veces la omega tomó una de las fresas que estaban en el tazón junto a ellas y la puso en los labios de la alfa que gimió el sabor dulce de la fruta. Termino corriéndose llenando a la omega con su semen.

Su nudo empezó a formarse cuando Juliana se corrió sintiendo toda la corrida dentro de ella. La mayor se recostó en la cama con su omega sobre ella.

—¿Te sientes mejor? —La omega besó el pecho de la alfa, su corazón latía rápido.

—Si, omega. Solo quiero acurrucarme —la omega asintió y le dio otro beso en el pecho sintiendo como Valentina acariciaba su cabello quedándose dormida.

El celo de Valentina había terminado esa noche con ella volviendo a ser consciente.

Estaba sonrojada y encerrada de el baño.

—No tienes nada de qué avergonzarte, amor. —Juliana estaba del otro lado de la puerta. —Era tu alfa siendo ella misma.

La alfa chilló y abrió la puerta y cuando la abrió abrazó a la omega llenándose de su olor.

—Perdón, perdón, perdón. —Besó la cabeza de su omega. —Mi alfa es muy intensa en mis celos y a-ahora estoy tan apenada.

Juliana suspiró y besó la mejilla de Valentina.

—Valentina, eres mi pareja y me siento cómoda contigo y tú alfa. —Besó los labios de Valentina. —Te amo, Val, y también amo a tu alfa.

La alfa de Valentina aulló feliz.

—Te amo, Juls —le dio una dulce sonrisa a la omega.

—Además creo que es muy sexy... —confesó la omega. —Que seas tan segura y hables de lo que te gusta.

La rubia se sonrojó junto a la omega viendo hacia abajo.

—Y-yo gracias. C-creo que me sentía segura contigo.

Juliana sonrió y se abrazaron.

Los meses después del celo de Valentina, Juliana empezó a trabajar en una linda cafetería a unas cuantas cuadras de la casa donde vivían. Juliana obviamente no acepto un auto por lo cual la alfa la llevaba a su trabajo o a veces Mark.

Juliana estaba feliz y se sentía emocionada con su nuevo trabajo, solo había un problema, o bueno no para Juliana.

Sino para Valentina.

Juliana empezó una amistad con su jefe, es un alfa, tiene 24 años, es guapo, masculino y muy agradable.

¡Por la Luna, Valentina lo odio cuando lo conoció porque era demasiado agradable para ser real! El alfa se notaba que respetaba a Juliana y no se sobrepasaba con ella, también respetaba su relación. Claro que Valentina no le reclamaba a la omega, solamente estaba siendo irracionalmente celosa.

—¡Adam dijo lo más gracioso que he escuchado en mi vida! ¡Te lo juro, amor! —Juliana dijo riendo en el auto.

Valentina fingió una sonrisa y asentía. Derek estaba en la parte de atrás del auto riendo por su mamá.

—¡Quiero conocer a Adam, madre! Se escucha muy divertido. —Dijo Derek emocionado y viendo la reacción de su mamá.

—Claro, bebé. El fin de semana podrás ir a la cafetería y lo conocerás.

Valentina negó.

—N-no creo que podamos, Juls. —La alfa dijo nerviosa.

Juliana la vio confundida.

—¿Por qué, Val? —la alfa vio la sonrisa de su linda omega y tomó su mano.

—Quiero que vayamos a ver la casa de campo, tengo que hacerle unas reparaciones para las vacaciones de invierno y quiero que vayamos este fin de semana.

El invierno estaba cerca por lo cual Valentina quería tener la cabaña lista para las vacaciones de invierno. Planeaba pedirle matrimonio a Juliana unas noches antes de navidad.

Juliana asintió.

—Esta bien, amor. Me emociona poder ver la cabaña —dijo feliz y al ver que habían llegado a la cafetería se desabrochó el cinturón de seguridad. —Nos vemos, Val. —La omega besó los labios de Valentina. Se volteo para ver a Derek que estaba en su asiento sonriendo. —Adiós, mi cachorrito.

Juliana salió de la camioneta y al entrar a la cafetería saludo feliz a Adam quien le ofreció una sonrisa.

Valentina gruñó un poco.

—Estás celosa —canturreo Derek.

—No estoy celosa —dijo Valentina apretando las manos al volante.

—Claro, mamá. —Rio Derek haciendo sonreír a Valentina.

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⏰ Última actualización: Mar 08, 2023 ⏰

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𝐘𝐞𝐥𝐥𝐨𝐰 𝐅𝐥𝐨𝐰𝐞𝐫𝐬 𝐚𝐧𝐝 𝐂𝐨𝐟𝐟𝐞𝐞 𝐂𝐮𝐩𝐬; 𝐉𝐲𝐕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora