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Semana 2.

Día 1.

Tres días habían pasado con rapidez para todas las participantes, los cuales estuvieron llenos de aprendizaje sobre el idioma coreano. Durante el fin de semana, tuvieron un curso intensivo de Hangul* como base para sus futuras clases. 

Del grupo de cinco amigas, cuatro de ellas tomaron ese curso mientras se preguntaban si estaban haciendo lo correcto. Dudaron de sus capacidades para aprender otro idioma completamente diferente al suyo, luego recordaron que eso las ayudaría a debutar en el grupo y continuaron con su esfuerzo y confiaban en que Nissa sería su salvación en aquella industria.

Mientras tanto Nissa se dedicó esos tres días a terminar cosas pendientes de su maestría antes de comenzar con lo más difícil de la decisión que tomó para convertirse en idol. Incluso le había comentado a su asesora de tesis aquel, no tan pequeño, detalle sobre el nuevo proyecto en el cuál se había inscrito, porque en parte fue gracias a ella quien la había animado a postularse como candidata para el programa. 

La segunda semana comenzó en un abrir y cerrar de ojos.

Las habían citado en un departamento cerca del edificio de HYBE donde se estarían hospedando durante las grabaciones del programa y cabe aclarar que habían ciertas reglas que el staff quería que cumplieran al pie de la letra.

—El piso dos y tres será exclusivamente para ustedes —comenzó a decir el señor Lee frente a todas —. Deben saber algunas reglas para que puedan continuar viviendo aquí.

Las miró con detenimiento para tratar de localizar los rostros inconformes de las participantes en cuanto dijera las reglas, así de esa manera, tendría más cuidado con ellas específicamente.

—Número uno: no está permitido hacer fiestas dentro de los dos departamentos. Recuerden que van a estar siendo grabadas las veinticuatro horas al día.

—Número dos: el departamento es única y exclusivamente de las participantes. No quiero encontrar a personas ajenas al programa en este lugar —las miró con seriedad para añadir más énfasis.

—Número tres: se les dará un horario el cual deberán cumplir si quieren permanecer en la competencia. Tendrán misiones y actividades a lo largo de cada semana, si no las cumplen quedarán fuera del programa automáticamente.

—Número cuatro: sé que algunas de ustedes tienen una profesión diferente a la que están desarrollando en estos momentos —miró brevemente a las cinco profesionistas que ya conocía.

—¿Profesión? ¿En verdad alguien de nosotras tiene un título universitario y está participando en este programa? —preguntó incrédula Rachel tratando de burlarse de aquellas personas.

—Es un gran logro tener un título y estar aquí, Rachel. No menos desprecies el trabajo de tus compañeras —le pidió con amabilidad el señor Lee añadiendo una mirada de sutil amenaza y suspiró para complementar—, se respetará cualquier profesión que tengan, pero les pediremos la mayor parte de su atención al programa.

Nissa suspiró al escuchar e involuntariamente cruzó miradas con sus amigas profesionistas. Sería difícil dividir su tiempo entre tantas actividades que tenían planeadas, pero de alguna forma lo lograrían.

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