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Semana 3.

Día 1.

―¡Tú debiste haber salido, no Lila! ―el grito de Charlie retumbó por todo el cuarto dirigiéndose a Nissa.

―Nissa ganó su lugar, no es su culpa que tu amiga no supiera cantar ―defendió Lana con furia en su rostro enrojecido.

―¿Y qué hay de ella? No sabe cantar tampoco, no debería estar aquí ―volvió a gritar provocando que todas estuvieran incómodas presenciando a pelea.

Lana estuvo a punto de responder pero la mano de Nissa en su hombro la detuvo.

―No fue mi decisión, Charlie. Ni ni la de Lana, ni de alguna de nosotras ―miró a sus compañeras reunidas ―, fue del programa, del señor Lee y de los vocales. Si tienes algún problema, habla con ellos.

―Lila merecía seguir en la competencia ―dijo Danielle mirando con desprecio a Nissa.

La mexicana se mostraba tranquila y razonable, porque era cierto, no había sido ella la que había tomado la decisión y había ganado un lugar con el poco talento que poseía para el baile, según ella.

―Sigues aquí porque eres la mascota de Lee. ¿O acaso crees que no nos hemos dado cuenta? ―preguntó desafiante.

―Deja de ser tan envidiosa ―interrumpió ahora Kira para defender a su amiga menor.

―No es envidia, estoy molesta porque tu amiguita tiene preferencias en el programa y todos lo saben.

―Todas lo hemos visto, Niss ―comentó Grace con pena al revelar eso.

―No tienes el talento para cantar, ¿cómo esperas estar en un grupo así? ―preguntó fingiendo tristeza Rachel, sabiendo que de esa manera ganaría más seguidores.

―Pareciese que solo TÚ ―la apuntó Charlie con su dedo índice ―, eres participante del programa porque todos se dirigen a ti primero.

―Que tu no sepas hablar coreano no es mi problema ―atacó Nissa perdiendo la paciencia ―, yo decidí estar aquí por mi cuenta. No tengo ninguna preferencia aquí, estamos al mismo nivel. Si tanto te molesta que me tomen en cuenta por mi conocimiento en el idioma, ponte a estudiar ―finalizó y respiró para tranquilizarse.

No iba a quedarse a ver como hablaban mal de ella, así que decidió salir de la sala de juntas donde las habían reunido para comentar la agenda de esa nueva semana.

Pero le importaba poco a Nissa, después le pediría a sus amigas que le notificaran de las actividades de la semana. Lo mejor era salirse de aquella sala para evitar crear una pelea de insultos.

Llegó al baño de ese piso y se adentró para esconderse unos cuantos segundos, se colocó frente al espejo y notó sus ojos cristalizados. Apretó sus labios con fuerza para evitar derramarlas y miró hacia arriba, respirando lentamente buscando tranquilizarse a si misma.

―¿A dónde se fue? ―escuchó la voz de Kira fuera de los baños y contuvo la respiración cerrando los ojos mientras le rezaba a todo lo posible para que no entraran a buscarla.

―Seguro fue por sus cosas, vamos ―dijo Lana y escuchó pasos corriendo alejándose del baño. Nissa recargó sus manos en los lavabos y bajó su cabeza para buscar unos segundos de silencio y despejar su mente.

Mientras tanto, Kira y Lana corrían despacio por los pasillos del edificio en busca de su amiga.

―¿Crees que se haya ido? ―preguntó Kira preocupada.

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