Capítulo XVIII - Baile de Primavera (segunda parte)

9.3K 333 27
                                    

(Segunda parte)

Quedaban exactamente dos días para el Baile de Primavera, y yo había estado tan ocupada con el número especial del periódico del instituto, que no había tenido tiempo para comprarme un vestido.

Estaba en Rodeo Drive, recorriendo las tiendas de grandes firmas de moda, junto a mi prima Valery y Sheyla, la cual se habían convertido en una nueva componente del grupo. Era raro tenerla cerca, sobre todo después de todas las jugarretas que me había hecho en el pasado, pero como dice mi hermana: “Todos merecen una segunda oportunidad”.

-Entonces, ¿Mía se tomó bien lo de Dylan y tú? –preguntó Valery mientras miraba un vestido rojo con escote asimétrico-. Pruébate este.

-Sí, se lo tomó bien –respondí cogiendo el vestido que me tendía-. Pero James…

-Es normal que tu padre se lo tome mala –intervino Sheyla, la cual estaba mirando más vestidos.

Fui empujada a los probadores de la lujosa tienda de Valentino. Las dependientas no dejaban de atendernos como si fuéramos reinas, de hecho, Sheyla había conseguido que nos trajeran sendas copas de Champagne francés.

Comencé a probarme todos los vestidos que me iban trayendo, pero ninguno me gustaba. Estábamos ya decididas a irnos a otra tienda cuando mis dos acompañantes aparecieron con un vestido rojo, por supuesto, y muy vaporoso.

-Sí –aprobó Valery.

-Definitivamente –asintió Sheyla con una sonrisa.

Me contemplé en el espejo del enorme probador. El vestido se ajustaba a la perfección a mi torso, el escote en corazón resaltaba mis pechos, pero las tiras que se unían a él le daban un toque más sexy.

<<Espero que ha Dylan le guste>> pensé.

-Le encantará –dijo Sheyla, leyéndome el pensamiento.

-Venga, paguemos que necesitas zapatos y joyas aún, y yo necesito una dosis de café –rió mi prima.

Le di la American Express Black de mi hermana a una de las dependientas. No quise ni saber el precio del vestido, pero agradecí en silencio no tener un límite fijado por mis tutores.

-Aquí tiene, señorita Blackwell –sonrió la dependienta mientras me daba la bolsa con mi vestido-. Gracias por venir.

Asentí a su despedida y me reuní con mis amigas en la entrada de la tienda.

Hacía una maravillosa tarde de compras en Los Ángeles. Rodeo Drive estaba lleno de gente, la mayoría con cuentas bancarias ilimitadas, razón por la cual había jaurías de paparazzi en cada esquina. Afortunadamente, al no ir con mi hermana, mi presencia pasaba bastante desapercibida.

-Vayamos a la tienda de Louboutin –sugirió Valery.

-Prefiero ir a la de Jimmy Choo –contradije.

-Iremos a las dos –sentenció Sheyla con una sonrisa.

Amor de Contraportada [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora