Amor de Contraportada [en edición]

Capítulo XII - Mentiras y secretos

CAPÍTULO XII - Mentiras y secretos

Había sido una noche muy larga y encima ahora tenía que ir al instituto, pues se acercaba la publicación del nuevo número de la revista y Mark pretendía hacer una reunión para definir los contenidos.

> pensé mientras terminaba de recogerme el pelo en una coleta alta, cogía la carpeta con las cartas de mis lectoras y el bolso donde metía los libros y cuadernos, y bajé a desayunar.

Además, para colmo de males y estrés. Robert y Sarah habían llamado para preguntar por Valery y yo, que soy más lista que nadie, intuí que estaría con Max o algo así, por lo que tuve que mentir a mis primos.

> seguía diciéndome, esta vez mientras dejaba las cosas en el maletero del coche y me disponía a ir al instituto, pensando en la cantidad de invitados que aún quedaban por confirmar su asistencia. ¿Es que mi hermana no era capaz de contratar a una empresa de celebraciones como toda gente pudiente hace? No, tenía que meterme a mí en sus líos que, bien es cierto que algún día serían los míos.

Llegué al campus del instituto algo cabreada y amargada. Caminé por los pasillos, ahora desiertos pues era temprano, hasta la sala que utilizaba el periódico como redacción. Estaba a punto de llegar cuando una mano tiró de mí y me acorraló contra una pared. Para cuando quise darme cuenta ya había alguien besándome. En un principio pensé que sería Dylan, pero conocía bien su boca y esa lengua que estudiaba mi cavidad era demasiado brusca.

-¿Qué haces aquí tan pronto? -preguntó Mark una vez se separó de mí.

No respondí, pues en ese momento los alumnos empezaban a entrar a recinto y Mark tenía una reunión por delante. Se separó un poco de mí y se sentó sobre el escritorio que yo ocupaba cuando estaba allí, para esperar al resto de colaboradores del periódico.

Durante la reunión no presté mucha atención, pues en mi cabeza solo había un pensamiento: ¿Por qué me había dado asco, y cierto miedo, el beso de Mark? Al fin de cuentas estaba con él, ¿no? Pero yo quería a Dylan. No había más, deseaba estar con él y con ningún otro.

*** *** ***

La conversación con mi madre había sido algo dura. Más de dos horas nos habíamos tirado hablando, intentando buscar una solución que no afectara a la familia y que, a la vez, me sirviera a mí como vía de escape de las garras de Ella.

Finalmente habíamos terminado discutiendo, pues habían salido a relucir nuevos secretos. Secretos que podrían destruir más de una familia.

Decidí llamar a Andrew y quedarme esa noche en su casa a dormir porque me veía capaz de hacer cualquier locura. Toda la situación me superaba.

Sin embargo, no había pegado ojo en toda la noche. Miles de cosas rondaban mi cabeza: mi relación con Ella, la discusión con mi madre, y mi maldita suerte con Summer... Y había llegado a que la clave de este asunto era Sheyla. Ella era muy cercana a mi, por desgracia, novia y estaba casi seguro de que algo podría encontrar en la vida de los Moore que me valiera para parar toda esta locura.

-De cualquier forma, no quiero que Sheyla corra peligro -dijo por enésima vez Andrew mientras nos dirigíamos a la cafetería.