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"perdón"

Estuve todo el día de allá para acá con mi mamá, al final si consiguió que saliera con ella e incluso se aprovechó de mi pobre personita llevándola al mall.

Ahora estaba media muerta en el sillón de la sala.

Me dolían los brazos, las piernas, la cabeza, el útero y por alguna razón las tetas.

— ¿no te pegaste? —me pregunta la cami sentada en el piso.

— no —me quejo —. Creo que me va a llegar la regla, porque embarazada no estoy.

— uy —miramos a la Jona quien hizo una mueca —. Ya te quiero ver, cuando te llega te vuelves muy sensible.

— ya se, que bueno que soy muy irregular y no me llega todos los meses o moriría debido a que no estoy acostumbrada.

— es cierto, no soportarías porque no te llega como a nosotras —me dice la cami.

— cambiando de tema —dice la Jona y me mira —. ¿Vas a ir hoy a la noche?

— yo creo que mejor me quedo, le dicen a la val que otro día voy a verla —digo e intento levantarme pero me mareo.

— Leah —grita la jona al darse cuenta y se levanta.

Justo sale mi papá de la cocina y alcanza a afirmarme.

— opale, creo que alguien se quedará en cama unos días —dice y lo miro mareada.

— creo lo mismo —dice mi mamá al verme —. Estás muy pálida mi amor, Manu llévala arriba por favor mientras yo le hago un té y le llevo una pastilla.

Mi papá pasa sus manos por debajo de mis rodillas y me levanta, yo recargo mi cabeza en su pecho intentando no marearme más en el camino.

Me recuesta en la cama y se sienta a mi lado mientras me hace nanai en la cabeza esperando a mi mamá.

Odio esto, desde que me llegó la regla e Sido muy irregular a tal punto que estuve 1 año sin ella, después me comenzó a llegar cada mes, cada dos meses y así, y cuando llega es casi muerte para mí, me duele todo, me mareo demasiado, vómito y más.

Fui al médico y me recetó unas pastillas la cuales ayudan bastante estos días y aún que no parezca esto es más normal de lo que se cree, según el doctor en algún momento se regula, pero yo sigo igual.

— ya —entra mi mamá con una taza del día de la mamá que le dió la Jona hace unos años y una tira de pastillas —. El te está tibio porque se que no te gusta muy caliente —me lo da junto a una pastilla —. Tomate dos y las otras en unas 3 horas más, ¿está bien?

Yo asiento y le hago caso.

— cariño nosotros íbamos a salir pero si te sientes muy mal —interrumpo a mi papá.

— salgan nomás, no se preocupen, yo voy a dormir —le intento sonreir.

Ellos se miran entre si como si estuvieran hablándose con la mente y después me miran.

— ¿estás segura? —pregunta mi mamá y yo asiento.

— estaré bien.

— cualquier cosa nos llamas, ¿Bueno? —pregunta papá y yo vuelvo a asentir.

(...)

Narra Matías.

Todos estaban divididos, unos fumaban en el patio, otros bailaban y otros conversaban mientras tomaban algo.

Yo estaba en mi pieza fumando, no tenía ganas de estar afuera por una simple razón, ella no estaba aquí.

Las chiquillas me dijeron que no se sentía bien y decidió quedarse en casa, quería ir y quedarme con ella para cuidarla como siempre lo e hecho cuando se siente mal pero se que estará incómoda.

No sé que le pasa, pero hace ya un tiempo se a alejado de mi demasiado y duele, pero no puedo hacer mucho si ella me quiere lejos.

O eso pensé por un buen rato hasta que dieron las 2 de la mañana y yo estaba muy preocupado por ella.

— a la mierda —digo y apagó el cigarro en el cenicero.

Me pongo mi chaqueta y salgo.

— ¿saldrás? —me pregunta la val cuando me ve bajar.

— si —la miro y ella sonríe ebria.

— ve con ella, no la dejes sola que los tíos dudo que lleguen está noche —se acerca a mi y pone sus manos en mis mejillas —. Y dale amor, lo necesita y más de ti.

Yo solo asiento quitando sus manos de mi cara y salgo rápido.

Cruce la calle y llegué a su casa.

Me salte la puerta que daba al patio de atrás y fui a la puerta de la cocina, me acerque a la maceta que está al lado y saque la llave de emergencia para abrir la puerta.

Ya estando adentro subí las escaleras despacio, estaba todo oscuro.

Toque la puerta, al no escuchar respuesta entre a la pieza.

Estaba solo la luz del velador prendida, Leah estaba hecha bolita en un esquina de la cama con muchas sábanas cubriéndola.

Ella levanto la mirada y se sorprendió al verme.

— ¿que haces aquí?

— ¿cómo te sientes? —me acerco a ella ignorando su pregunta.

— estoy bien, andate —dice sería.

Una sonrisa apareció en mi labios, no la iba a dejar sola ni cagando y ella sabía eso.

— acuéstate bien, ya vengo.

Salgo de la pieza y empiezo a prender las luces, llegó a la cocina y empiezo a preparar todo para llenar un guatero.

Tantos años viviendo con ella ya sabía que hacer en esta situacion.

Cuando ya lo tenía listo, prepare un té de manzanilla y saque de mi bolsillo dos barras de chocolate con almendras las cuáles era sus favoritas y perfectas para esta situacion.

Puse todo en una bandeja y subí a la pieza nuevamente, ella estaba mejor acomodada en la cama, al verme se sentó y no dejaba de mirarme sin expresión.

Le puse el guatero en el abdomen bajo encima de una sábana para que no la queme, ella tomo la taza con cuidado y dejé los chocolates a su lado.

Dejé la bandeja en el piso y me quite los zapatos para acostarme a su lado y pase mis brazos alrededor de ella con cuidado.

Ella se acomodo mejor y comenzó a tomar el té con cuidado.

— ¿Por qué haces esto? —pregunta después de estar en silencio un buen rato.

— siempre lo e hecho Leah —digo sin entender —. ¿por qué preguntas?

Ella se toma un tiempo para responder.

— perdón —susurra y se da vuelta hacia mi, la miro confundido.

¿Por qué se estaba disculpando?

— ¿que?

— este ultimo tiempo fui muy weona contigo, tengo mis razones, pero igual perdon, no mereces ese trato —hace una mueca.

¿Sus razones?

Crei por mucho tiempo que la conocia tan bien que siempre iba a saber todo lo que pensaba al igual que ella conmigo, pero ultimamente me di cuenta que no es asi.

Se que algo pasa con ella y la esta lastimando mucho, no se el que, pero todos saben lo que pasa menos yo y eso solo me hace sentir como un pesimo amigo.

Tengo que saberlo tarde o temprano, a pesar de tener miedo de su respuesta.

Weon, Date Cuenta (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora