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Narra Leah.

Hace 1 hora llegue al departamento, había ordenado y reorganizado mi pieza unas 3 veces. Faltaba un día y medio para volver a clases y ya estaba estresada, sobre todo porque estaba pensando en mudarme, había hablado con mis papás y me enviaron algunos arriendos que convenían, tanto por la zona como por el precio.

Mañana en la mañana iría a ver el departamento que mas me gusto y ver si tomaba la decisión o seguía buscando.

Vivir con al Matías fue una idea de nuestros padres y nosotros habíamos estado de acuerdo por varios factores, el principal, ¿Quién no quiere vivir con su mejor amigo?.

Pero después de los últimos acontecimientos, tal vez ya era hora de que ambos tomáramos nuestros caminos, éramos adultos jóvenes con mucho por vivir. Esto no podía seguir, estaba el riesgo de que nuestra amistad terminara y yo no quería eso.

Ya había sido lo suficiente weona, me mande demasiadas cagadas en muy poco tiempo y no quería crear mas caos.

Puse "la gloria", un drama coreano que me recomendó o me obligo a ver la Cami, según ella necesitaba a alguien con quien criticar a los personajes.

Me senté en el sillón y paso una media hora cuando la puerta se abrió y entro el Matías con su maleta y atrás de el la vale, quien apenas me vio se tiro a mi lado.

— te extrañe mucho —lloriqueo abrazándome.

— eres una exagerada Val —le dijo el Matías antes de irse a su pieza.

La Vale lo ignoro y se acomodo a mi lado.

— la Jona me contó que planeas mudarte —dijo bajando la voz.

— si... —mire la tele —. mañana iré a ver el depa que me gusto, si no hay problemas y me gusta más firmare el contrato.

— bueno, cualquier cosa cuentas con nosotras —me sonrió y asentí —. ¿le contaras?

Mordí mi labio inferior y la mire.

— la cita es en la mañana, así que a la vuelta le diré.

La Val asintió y se levanto cuando el Matías salió de su pieza.

— ¿te voy a dejar? —le pregunto acercándose.

— si, tengo que llegar a ordenar —suspiro dramática y se despidió de mi —. cuídate y me actualizas.

Asentí con una pequeña sonrisa y los dos hermanos se fueron. Suspire y me fui a hacer un té para seguir viendo la serie.

...

Mire la ventana y vi como las gotas resbalaban por el vidrio, apenas oscureció se largo a llover muy fuerte. Apague las luces antes de irme a acostar, deje solo una lampara prendida en la entrada para que cuando el Mati llegara, seguramente la Vale lo obligo a ayudarla a ordenarla o ya estaría aquí.

Me puse un pijama largo, tome mi tecito y el libro que estaba leyendo, prendí el calefactor porque estaba haciendo frio y me senté en la cama cubriéndome con las sabanas.

Leí alrededor de una hora cuando me empezó a agarrar el sueño, deje la taza vacía y el libro en el velador, apague la luz y me acosté dispuesta a dormir cuando el calefactor de apago.

— no... —lloriquee.

Me pare y al intentar encender la luz esta no prendió.

— webéame que se corto la luz.

Salí de mi pieza y estaba todo apagado, encendí la linterna de mi celular y justo entro el Matías todo mojado.

— hola —me saludo al verme y yo le sonreí —. se corto la luz en medio Santiago y conseguí velas —mostró los dos paquetes.

— iré a buscar un encendedor.

Fui a la cocina y busque en los cajones hasta encontrar una caja de fósforos, el Mati se acerco y abrió un paquete.

— escuche lo que hablaste con la vale... no tienes que irte Leah.

Apreté los labios y encendí dos velas.

— si sigo aquí seguiré confundida y no quiero que nuestra amistad termine, ¿ya? Igual será bueno que cada uno tenga su espacio. —solté sin mirarlo.

Pegue las velas a dos platos chicos, tome uno y me fui a mi pieza.

Deje el plato en el velador y antes de volver a acostarme el Matías entro a mi pieza.

Lo mire y antes de que siquiera dijera algo me tomo de la cara y me beso, fue un beso corto, pero se notaba la desesperación en el.

— Leah, me gustas, pienso en ti cada segundo de mi día y se que tu también lo haces —unió nuestras frentes —. no puedo estar sin ti, no me alejes ni te alejes, porfa...

— yo, pucha Matías es complicado todo esto, no se si creerte...

— no tienes que creerme ahora, déjame demostrarlo, no tuve que reaccionar así, menos porque sentía lo mismo que tu, soy muy weon a veces y puta si, tenia miedo de cagarla contigo, tenia, tengo miedo de que no funcionemos, pero si no lo intentamos seguiremos haciéndonos daño creyendo lo mismo una y otra vez.

Me senté en la cama sin dejar de mirarlo y el se arrodillo frente a mi.

Así me gusta.

Leah esta wea es seria.

— ¿Qué quieres hacer? —pregunte.

— tengamos citas, si no funciona, sigues con tu plan y seguiremos siendo solo amigo, pero al menos intentemos.

¿Estoy soñando?

— ¿estas seguro de esto, Matías?

Lo mire intentando leer algún arrepentimiento en su mirada o expresión, pero no había nada de eso.

— puede ser difícil creerme, pero estoy mas seguro de esto que de la carrera que elegí —soltó serio y yo me empecé a reír —. no te rías, esto es serio, dame una respuesta.

— pero como haces esa comparación —me calme y tome su cara con mis dos manos —. esta bien, intentemos.

Una de sus lindas sonrisas apareció en su rostro, acaricie sus mejillas y su barba me hizo cosquillas en los dedos.

— te ves raro con barba y bigote —dije acariciándolo.

— si no te gusta me afeito.

— dije te ves raro, pero te queda —sonreí un poco.

Un trueno sonó fuerte y pegue un brinco por el susto haciendo reír al Matías.

— no te rías, pesado —lo mire feo y baje mis manos.

— perdón, perdón —tomo mis manos —. ¿quieres que duerma aquí hoy?

— no tienes que hacerlo...

Su mirada se suavizo y se levanto.

— vamos, acuéstate —levanto las sabanas.

Le hice caso y el se acostó a mi lado quedando frente a frente a mi, se cubrió con las sabanas y sonrió mientras me hacia piojito en la cabeza, mis parpados se volvieron pesados y poco a poco me fui quedando dormida bajo la mirada y el toque del Matías.

— descansa Leita —susurro antes de que me quedara dormida.

Weon, Date Cuenta (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora