No habían sido días normales y ese sin duda tampoco iba a serlo, Sabrina venía en un estado de zozobra desde la última celebración a la fecundidad, era verdad que con los días se había calmado parcialmente, porque su hermana no era la única de las doncellas que no había vuelto a casa, estaban en congregación, así que saberlo fue algo ciertamente tranquilizador, pero esa sensación de inquietud no desaparecía.
Sus padres y algunas de sus amigas habían cuestionado su fe y la verdad es que no exageraban, su fe venía flanqueando, no estaba tan conforme con muchas de las prácticas que se acostumbraban en el círculo, veía a la gente que no pertenecía teniendo vidas normales, vidas de personas de su edad, vidas que envidiaba y no sólo para ella, sino para su hermana.
La realidad es que, si empezaba a cuestionar todo lo que le habían enseñado por años, ella no conocía nada que no fuera la vida en el círculo y sin embargo no podía evitarlo. Nada de eso había llegado hasta que había sido el turno de Linda, también le había insinuado que ella estaba celosa de su hermanita porque ostentaba un rango mayor al que ella pudo ocupar, pero no era eso, simplemente creía que Linda merecía mejores cosas, ser parte de la corte no era tan agradable como todo el mundo pensaba, lo único es que ciertamente Atum era muy benévolo y recompensaba los sacrificios ofrecidos, la fecundidad de la tierra traía prosperidad a todos, pero mucho más a una familia que tuviera una doncella.
Esa mañana hacía los deberes en casa, porque era sábado, de pronto la paz de su casa fue interrumpida por un detective, ella fingió inocencia, aunque bien que se habían demorado en investigar la ausencia de su hermana, si no supiera que estaba congregada ella ya habría enloquecido antes que la policía hiciera algo y eso que no se había apresurado a poner la denuncia, había esperado varios días en hacerlo, por el tema de las dichosas 72 horas de desaparecida que tanto había visto en series.
Lo que si esperaba es que ese policía no la delatara con sus padres, si se enteraban que había puesto esa denuncia por desaparición la cosa no le iría bien, así que siguió fingiendo, incluso cuando la curiosidad se apoderaba de ella.
Pero no pudo oír nada, sólo vio que el policía se iba como había entrado, poco después su padre hizo un comentario que su madre avaló y sólo hasta entonces se atrevió a intervenir.
-Vaya decir que Linda está desaparecida, qué cara dura. -Planteó su padre.
-A veces siento que nos vigilan, ya te lo he dicho, es una conspiración con Estados Unidos, ellos empezaron eso, por eso odio esos aparatos demoniacos-Le respondió su madre, sabía que se refería a los teléfonos móviles, pero lo que le inquietaba a Sabrina no era la aversión de su madre a la tecnología, con eso había lidiado desde niña, sino Linda.
- ¿La venían a buscar a casa? -Cuestionó ella y su padre negó.
-No empieces Sabrina que como sigas así Atum nos quitará todos sus beneplácitos. -Señaló su padre algo severo, Sabrina sabía que ellos estaban molestos por los cuestionamientos que ella venía teniendo con el círculo.
-Querían que nos pasáramos por la morgue, ahora tu hermana dizque en la morgue. -Su madre rió, pero a Sabrina eso no le causó gracia.
- ¿Y si lo está? -Preguntó Sabrina a riesgo de una reprimenda, su padre la miró con desprecio, su madre con consternación.
- ¿Qué parte de la corte está congregada no entendés? -Le dijo su padre con molestia.
-Nunca duró tanto una congregación cuando yo hacía parte. -Contestó Sabrina.
-Lo que pasa es que estás envidiosa de tu hermana, ella ha conseguido más que tú, ya pasó tu momento, deja de buscar atención. -Señaló su madre y aunque le dolía que considerara que su preocupación era envidia, la afectaba más sentir que algo no estaba bien con su hermana.
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EL JARDÍN DE LOS TULIPANES
Mystery / ThrillerEn Puerto Maderero aparece el cuerpo desnudo de una joven en unas circunstancias extrañas: no tenía una gota de sangre, sin ningún indicio de lo que había ocurrido y ni una pista que conduzca a su homicida. La detective de la policía federal Agustin...