EL JARDÍN DE LOS TULIPANES

Capítulo 8

Micaela tenía la teoría de que Santamaría era bipolar, llevaba un año diciéndolo y Agustina comenzaba a creer que sí, hasta la madrugada todo había sido risitas, bromitas y elogios a sus esfuerzos, pero era como si ese hombre ya no estuviera, finalmente ella no había podido ir al dichoso consejo, al final le había dicho que no era conveniente en ese, pero que en el próximo seguramente sí iría.

Que le dijera que fuera y luego que no, era lo de menos, simplemente nuevamente se portaba como un cavernario y gritaba a todos por hacer mal el trabajo, en especial a ella y a Guido.

-Me quieren explicar ¿por qué no hay ni una pista del caso Paula? Ni un sólo testigo, nada. Tengo atrás de mí a mi jefe, a la prensa, al alcalde. También me citaron a la oficina del ministro para hablar del departamento de homicidios ¿qué debo decir?

Tanto Guido como Agustina se quedaron callados, lo cierto es que no había nada, todos eran callejones sin salida, hasta Mario había sido liberado porque corroboraron lo de su multa, no había una sola huella dactilar, ni rastros de semen aunque ambas habían tenido relaciones sexuales recientes, no había nada, ella había intentado con lo de la camioneta y las placas eran falsas, todo era una nada en esos casos, aunque él sólo mencionara a Paula, porque era la piba de clase media, mientras la otra era sólo una chica de una de las villas que a nadie le importaba.

»Necesito que se hagan avances, ya hasta salieron a decir que el caso estaba cerrado. Necesito que no sólo en este caso, sino que necesito que el equipo se ponga a trabajar en nuestra tasa de éxito o todos saldremos del departamento de homicidios. ¡A laburar! -Expresó molesto y luego miró a Agustina- Y vos vení conmigo.

Ella lo siguió a regañadientes, porque seguro que iba a continuar retándola y eso cansaba, sentir que no se hacía nada bien, que no bastaba con ridiculizarlos delante de toda la estación para que en privado continuara con las lecciones de cómo ser un buen policía, él no había tenido ni que escuchar al forense para saber que el mexicano estaba muerto antes que la balacera empezara, pero como él mismo había dicho "no todos eran tan iluminados".

Lautaro resopló sacando una carpeta y la puso en el escritorio, miró Agustina detenidamente y ella ya se le helaba la sangre, porque seguro que ahí iba a acabar con ella, se le olvidaba todo lo que había dicho bueno de su desempeño, de verdad que el tipo que llevaba un buen rato frente a ella, distaba mucho del que había comido milanesas 12 horas antes.

Esperaba que empezaran los gritos o recriminaciones, pero de lo que habló fue del contenido de la carpeta, exponiéndole que era un informe sobre lo que había llevado a De la Cruz a estar en ese boliche, de acuerdo con el mismo había quedado de encontrarse con alguien.

-Ese alguien está también en la morgue en este momento- continúo Santamaría y vos lo conoces bien.

-¿Que yo lo conozco bien?- Habló abriendo mucho los ojos, nadie de su círculo era narco.

-Sí, fue tu informante en un caso pasado, Manolo Rivera.

-No me digás que yo conozco bien a un informante Santamaría, que a esas ratas sólo las uso, no voy por ahí conociendo soplones.-Le señaló indignada porque por un momento empezó a pensar con quién demonios se andaba relacionando.

-Ferrer, no te estoy diciendo que sea tu mejor amigo, pero lo conocés ¿no?-Ella se quedó callada, pero asintió- Pues bueno necesito que averigüés qué quería De la Cruz con él. Además quiero que manejés este caso con Alfonso, pero que sea discreto nadie más puede saber.

"Pero por qué con Guido, si ni siquiera había estado de turno", le había soltado esa verborrea de darle más relevancia a las mujeres y ahí le ponía a Guido a que él fuera el que hiciera todo, cuando ella podía hacerlo sola, como bien había mencionado Manuel, o Manolo, como le decían en el submundo, era su informante, no de Guido.