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Sábado a la madrugada,

Jisung estaba excesivamente ebrio, había ido junto a Felix a un boliche y quizás, solo quizás, se había pasado un poco de tragos. 

Su cabeza daba vueltas y se tambaleaba en su lugar, pero no podía dejar de reír y bailar junto a su amigo. Ni siquiera entendía lo que decía, o que canción estaba sonando, pero para él era el mejor momento del mundo.

Pasados unos segundos empezó a tener sed y su cerebro ya muy atontado le pedía más alcohol. 

Le avisó al rubio como pudo que iría por un vaso más de vodka y caminó de forma torpe hasta la barra.

O eso quiso hacer, pero sus pies se enredaron entre sí haciéndolo tropezar y casi caer al piso, de no ser porque unos fuertes brazos lo atraparon; reprimió un jadeo ante el toque.

Se giró para ver el rostro de la persona que casi lo hace terminar de perder la dignidad, pero aún ebrio, supo que no le molestaría perder la dignidad por el chico en frente suyo, era precioso.

— ¿Estás bien?— preguntó el extraño, sosteniéndolo aún, ahora desde la espalda.

— Estaría mejor con t-tu número, bionuto.— tropezó en sus propias palabras, pero lo miró en lo que el creía, era una mirada coqueta, levantando ambas cejas.

El más alto rió, minutos antes estaba de un humor terrible, pero el borracho al lado suyo era algo adorable, no podía negarlo.

— Estoy seguro que mañana no recordarás nada, pero te lo daré.— lo guió hasta la barra y comenzó a escribir sobre una servilleta.— Solo porque eres lindo, no creas que se lo doy a cualquiera.— le dijo, aunque Jisung estaba bailando junto a él, sin entender nada realmente.

El chico terminó de escribir y puso la servilleta en el bolsillo de la chaqueta de Jisung, sabiendo que si se la daba a él mismo probablemente la perdiría.

— ¿Viniste con alguien? Estás muy borracho, deberías ir a casa.— el contrario negó repetidas veces haciendo puchero.

— Quiero v-vodka, vodkaa, ¿siii?

— Eres un caso perdido, vamos afuera.— lo guió mientras el otro hacía berrinche.

El chico y Jisung se sentaron juntos en el jardín del lugar, habían algunas personas pero mucho más silencio. Jisung seguía haciendo berrinche y diciendo cosas sin sentido pero el más alto ya no le hacía caso.

Aunque cuando comenzó a hablar en otro idioma lo miró con curiosidad y ladeó la cabeza, ya no sabiendo si era el alcohol o qué le pasaba.

Tuvo la intención de preguntar, pero algo más fue lo que salió de su boca, lo había estado pensando desde que lo vio, así que no tuvo mucho tiempo de pensar antes de decirlo.

— Eres muy bonito, ¿sabías?— murmuró, viéndolo.

Solo podía pensar que era adorable, jugaba o se entretenía con cualquier cosa, sabía que era debido al alcohol, pero el sonrojo que vino después de su comentario no se lo esperaba.

El mayor de los dos se sentía algo atontado, no sabía porque había dicho eso, o porque le estaba gustando tanto mantener miradas con el contrario, pero por un momento, se sentía bien.

Vio al menor acercarse, tanto que no tenía que ser demasiado inteligente para saber que quería darle un beso.

«Genial, se sonroja porque le digo lindo pero no tiene vergüenza de besarme.»

Sin embargo, el mayor lo detuvo, sonriendole de costado.

— Estás ebrio, lindo. No haremos nada así.— el pelinegro hizo un pequeño puchero y se alejó, sintiéndose rechazado.

Souvenir ➳ MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora