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Todos los músculos de Jisung se tensaron y miró a Minho como si acabara de decir que mató a alguien.

Podía sentir el miedo en todo su cuerpo.

¿Cómo le decía eso?

Lo suyo era solo sexo y lo acordaron desde el primer día, él mismo lo hizo.

El pelimorado no tenía que adivinar cuál sería la respuesta de Jisung, porque era obvia. Pero aún así esperó que dijera algo.

Aún cuando su corazón ya estaba destrozado.

— Yo... Tú, ¿q-qué? — balbuceó, su corazón latía con mucha fuerza y estaba temblando ligeramente, ni él entendía que sucedía.— Dijimos que nada de sentimientos, Minho.— murmuró, molesto.

El cambio de humor le sorprendió hasta a él mismo.

Minho trató de mantener la calma, ya podría romper a llorar apenas estuviera solo, no era momento.

— Lo sé, y créeme que no deseaba sentir esto.— murmuró de la misma forma.— Yo solo quería decirte para sacármelo de encima, entiendo que no sientas lo mismo.

— ¡Claro que no siento lo mismo! Yo si sé respetar los límites, Lee.— realmente no estaba controlando lo que decía — Una sola regla había, una sola.

El pelimorado sentía sus ojos picar, y mucho más fuerte que ese día en el instituto.

Pero más que por ser rechazado, por la actitud de Jisung.

— ¿Por qué te molesta tanto, Jisung? No estoy obligándote a que estés conmigo, ni siquiera a que te guste también.

— ¡Porque eres un imbécil!— las palabras se le escaparon de la boca, su voz rompiéndose, su corazón latiendo a mil por segundo, y sus manos temblando.

Minho no entendía que le sucedía, menos aún cuando Jisung comenzó a llorar.

¿No debería estar llorando él?

El mayor se quedó en su lugar, sin querer llevarse otro insulto o mal trato.

— Te llevo a tu casa, Jisung, vamos.— murmuró después de un rato, cuando notó que había dejado de llorar.

El menor no podía sentirse peor con él mismo, estaba avergonzado.

Había llorado frente a Minho, lo había insultado, lo había tratado mal y lo había rechazado de la peor forma posible.

Pero no dijo nada, solo lo siguió y se subió al auto con las palabras "lo siento" atoradas en la garganta.

Su corazón seguía latiendo con fuerza pero menos que antes, sus manos también seguían temblando ligeramente y las ganas de llorar no se habían ido, pero se obligó a aguantar hasta llegar a su casa.

Minho estaba con la vista pérdida mirando al frente, su corazón hecho pedazos y su mente hecha un lío sin entender la actitud de Jisung.

Sabía que sí, habían límites en la relación que tenían, pero la gente decía que uno no elige de quien se enamora, ¿o era eso mentira?

Minho antes de eso estaba seguro que elegiría enamorarse de Jisung una y mil veces.

Ahora, no podía desear más algo que no fuera no sentir nada por el chico al lado suyo.

Lo miró de reojo y notó que continuaba temblando. Suspiró y no pudo seguir ignorándolo.

— ¿Estás bien? ¿Tienes frío?— le dijo, mientras se aseguraba de que no estuviera encendido el aire del auto.

Jisung quiso volver a llorar, ¿por qué seguía preocupándose por él?

— Estoy bien, gracias.— murmuró apenas audible.

Souvenir ➳ MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora