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Minho estaba en el campus del instituto con su libreta en frente, pero la mirada perdida en algún lugar del patio.

Sus días desde que Jisung ya no estaba habían sido terribles, no podía concentrarse en nada y lo único que quería era estar en su cama hecho bolita.

Cuando Jisung se fue, sintió que le arrancaron un pedazo de alma, o algo así, porque no podía conseguir que algo lo hiciera sentir bien, ni siquiera las bromas tontas de Hyunjin.

Se sentía aún peor porque había ignorado los mensajes de Jisung.

El pelinegro le habló para pedirle disculpas y preguntarle como estaba, y él solo los dejó pasar.

Se sentía frustrado por no saber con exactitud que era lo que sentía además de tristeza, quizás era frustración o decepción.

Eran muchas cosas y a la vez nada, pero se estaba volviendo loco.

Levantó la vista cuando Hyunjin se sentó en frente suyo y suspiró.

— Pareces un zombie, Minho. No has dormido bien, ¿cierto? — lo miró preocupado y el pelimorado solo se encogió de hombros.— No puedes seguir así, Lee. Entiendo que estés triste, realmente lo hago. Pero no puedes solo  tirarte a morir y lo sabes.— se levantó y se sentó a su lado, abrazándolo por los hombros.

— Lo sé, pero me siento muy frustrado, Hyunjin. ¿Cuándo pensaba decirme que en algún momento se iría? Me siento como tonto... Porque, muchas veces me dijo que no éramos amigos y era distante conmigo, pero podría haberlo hecho, no lo sé.— suspiró bajando la mirada.— Y aunque le dije que no le guardaba rencor por lo de antes, creo que ahora se me juntó todo y de verdad no sé como manejarlo, todo esto es muy nuevo para mí.— lo miró de reojo y el rubio le acarició el cabello.

— Lo sé, Honnie, y te entiendo, quizás no del todo, porque no lo estoy pasando. Pero creo que deberías hablar con él, explícale como te sientes y exterioriza con él eso que te pasa.— continuó dándole caricias en el pelo — Y sé que no es lo mismo, pero podrían hablar y empezar una relación a distancia. Malasia no está tan lejos y tus padres sabes que te apoyan en todo, podrías ir a verlo cada tanto. No todo es malo, piénsalo, ¿sí?

El pelimorado se separó un poco y lo miró soltando una risita.

— Eres otra persona cuando te pones en ese plan, hasta eres tierno.— le revolvió el pelo de forma juguetona y le sonrió en agradecimiento.— Incluso te besaría ahora mismo, pero hay un intruso llamado Jeongin.— negó decepcionado.

— Y otro llamado Jisung, tonto.— rodó los ojos divertido.

Minho se encogió de hombros y se recostó en el hombro de Hyunjin, sintiéndose mejor que antes.

Quizás sus bromas no le hicieron sonreír, pero si ese Hyunjin que cada tanto demostraba que tenía sentimientos.

Varios días habían pasado desde que Jisung volvió a Malasia, y los mismos días desde que él y su mamá se habían mudado a un pequeño departamento.

Hyeon le había agradecido por darle el valor de enfrentar a Juwon, y también le había dicho que estaba muy orgullosa de él.

Y aunque Jisung estaba feliz por eso, también estaba inmensamente triste por Minho.

Había intentado hablarle, y él solo lo ignoró.

Intentaba entenderlo pero aún así no lo conseguía del todo. Una parte de él pensaba racionalmente pero la otra estaba muy insegura.

Lo único que le hacía sentir confort era que sus amigos seguían en contacto con él, le hablaban todos los días y lo trataban como si aún siguiera ahí.

Souvenir ➳ MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora