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Los días para Jisung estaban siendo bastante estresantes. Desde que se encontraron ese día con Hyunjin y Minho, el rubio había estado apareciendo junto a Minho en su facultad más seguido de lo que le gustaría.

Jeongin le había contado que estudiaban medicina y ahora no había día que no viera a ese rubio molesto, ya tenía que aguantar a Felix y ahora a él también, ¿tendría algún karma con los rubios?

Quien sabe, pero había estado siendo indiferente con Minho también, tenía muchas cosas en su cabeza y para sorpresa de todos no había tenido interés en estar con él, ya Hyunjin y su intensidad le quitaban gran parte de su energía.

Sus amigos habían notado que conocía a Minho, pero tuvo que mentir diciendo que lo conoció junto a Hyunjin.

Cabe aclarar que nadie le creyó, pero no preguntaron más y eso era lo único que le importaba.

Sabía que sus amigos tampoco le pedirían demasiadas explicaciones, lo conocían bien apesar del poco tiempo que tenían juntos.

Y le hubiera encantado seguir pensando en su tan increíble semana pero el sonido de su celular anunciando una llamada lo devolvió a la realidad.

Le echó un vistazo y suspiró al leer "Papá" en la pantalla, tomó una bocada de aire y atendió.

— Hola papá.

— Jisung.— saludó en un tono seco como normalmente lo hacía— Si no te llamo tú no tienes ningún interés en hablar con nosotros.

Y no mentía.

— Lo siento, papá, he estado ocupado con las clases.— mintió descaradamente.

— Te está yendo bien, ¿no?— sonó más como una amenaza que como una pregunta, y Jisung solo rodó los ojos— Tu mamá está muy preocupada, hace semanas no sabemos de ti.

No tuvo tiempo a responder nada porque su mamá fue ahora quien habló.

— Hola hijo, no queríamos molestarte, por eso no te habíamos llamado. ¿Cómo estás?— saludó la señora Han con un tono más dulce que su padre.

«Seguro, a ustedes les importa menos hablar conmigo que a mí con ustedes»

— Estoy bien, mamá. Si pasara algo serían los primeros en saberlo.— no quiso sonar odioso, pero lo hizo.

— Tu mamá solo se preocupa por ti, malagradecido. No le hables así.— reclamó su papá y él solo cerró los ojos con fuerza.

— Está bien, cariño, déjalo.— se escuchó a su madre decir.

Y Jisung sintió que volvía a tener 13 años; su papá le gritaba por no hacer bien las cosas y su mamá solo se quedaba callada, le restaba importancia o se ponía del lado de su padre.

Su familia nunca cambiaría.

Pero aún así, se tragó sus pensamientos, sus malas contestaciones y quiso seguir manteniendo la conversación, si así podía llamarse.

— ¿Ustedes como están? — preguntó luego de unos segundos como si nada.

— Bien, tu papá ha estado trabajando mucho y yo he estado en casa.— respondió su mamá.

«Como siempre»

Antes de que pudiera responder, su papá volvió a interrumpir a su mamá, ¿es que no la podía ni dejar hablar?

— Mañana llamaré a tu universidad, Jisung, quiero saber que te está yendo bien como dices.— y el pelinegro sintió que se le bajaba la presión.

— ¿Tanto te cuesta confiar en mí, Juwon? Tengo 19 años, no es necesario que me vigiles como si tuviera 14, por Dios.— las palabras se le fueron antes de que pudiera procesarlas.

Souvenir ➳ MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora