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— ¿Jisung? Estás temblando, ¿estás bien?— escuchó la voz de Minho a sus espaldas y se giró para golpearlo.

— ¿Eres idiota? ¡Me asustaste!— se abrazó a sí mismo porque seguía temblando ligeramente.

— Lo siento, Ji. ¿Estás bien? ¿Qué haces aquí solo? ¿Te pasó algo?— el pelinegro se sintió incómodo por tanta preocupación, pero aún así se relajó considerablemente.

— Estoy bien, no te preocupes, esperaba un taxi pero no viene ninguno.— puchereó sin darse cuenta y Minho soltó una risita.

— A esta hora pasan cada treinta minutos, Jisung.— la cara del pelinegro se desfiguró— Pero mi casa está cerca, podemos ir hasta ahí, te presto algún abrigo y te llevo a tu departamento si te parece bien.

El menor sintió su corazón ablandarse por la amabilidad de Minho. Seguía bastante sensible aunque no quisiera aceptarlo.

Minho se estaba incomodando por el silencio y tomó a Jisung del rostro suavemente para que lo mirara, transmitiéndole confianza.

— Creo que estás destinado a siempre verme en mis peores estados, Lee.— lo golpeó juguetonamente y soltó una risita — Te tomo el favor solo porque no conozco este lugar, pero no me gusta molestar.

— No me molestas, eres más agradable borracho, ya te lo dije.— bromeó sonriendo — ¿Vamos?

Jisung asintió y se dejó llevar del brazo como niño pequeño.

Su corazón por alguna razón se sentía cálido, y él se sentía muy cómodo ahora, con Minho.

Quizás solo lo necesitaba a él.

Pero no lo pensó demasiado, solo siguió al mayor mientras hablaban de cualquier cosa que veían.

Minho le había contado que salió a comprar algo para comer porque se había quedado estudiando hasta tarde.

Ya quisiera él tener esa dedicación.

También le contó que vivía solo, pero que tenía tres gatitos y que debía tratarlos muy bien porque eran como sus hijos.

Cada cosa que le contaba le ablandaba más el corazón, ¿Minho siempre fue tan tierno?

El alcohol ya le estaba haciendo efectos.

Suerte que lo pensaba y no lo decía.

— Llegamos.— anunció el pelimorado — Bienvenido a mi humilde casita.

Jisung le sonrió y entró junto a él. El departamento era pequeño pero muy lindo, todo estaba bien organizado y limpio, con alguna que otra foto o cuadro colgados en la pared.

No tardaron mucho en aparecer los gatitos de los que le había contado Minho.

Se agachó y acarició al trío, sonriéndoles y hablándoles chiquito.

Minho desde su lugar los veía con una pequeña sonrisa.

— Confirmo completamente mi teoría.— murmuró para sí mismo — ¿Quieres algo para tomar, Jisung? ¿O algo más aparte del abrigo?

— No, gracias, Minho.— le sonrió de nuevo y se sentó con tímidez en el sofá.

Jugaba con sus manos mientras esperaba al mayor. Les echó un pequeño vistazo a los cuadros que estaban a su alrededor, y en una de las repisas notó un trofeo.

Por curiosidad se levantó y se acercó a él.

"Competencia de Baile 2019.
1er Lugar - Lee Minho".

— Wow.— murmuró y se sobresaltó al sentir a Minho a su lado.

— Fue mi primera competencia.— dijo, sonriendo suavemente — ¿Te gusta?

Souvenir ➳ MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora